Artículos – CENTRO NAOS https://centronaos.com Pensar - Sentir - Actuar Thu, 22 Oct 2020 10:49:43 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.2.5 https://centronaos.com/wp-content/uploads/2018/08/Logo-imagen-Vitrubio-66x66.png Artículos – CENTRO NAOS https://centronaos.com 32 32 Málaga Mágica: los dólmenes de Antequera https://centronaos.com/2042-2-dolmen https://centronaos.com/2042-2-dolmen#respond Sat, 24 Oct 2020 19:31:04 +0000 https://centronaos.com/?p=2042 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

Dolmen de AntequeraUno de los grandes misterios de ese tiempo oscuro que llamamos Prehistoria es el de las construcciones megalíticas, muy abundantes en nuestra provincia.
Al noreste de la ciudad de Antequera se encuentra uno de los mejores y más conocidos exponentes del megalitismo español, el conjunto dolménico de Menga, Viera y el Romeral.

En menos de tres kilómetros se nos representan tres tipos de dólmenes: de galería el dolmen de Menga, de corredor el de Viera, y de falsa cúpula o toloi el del Romeral. Esta concentración es señal inequívoca de la importancia y sacralidad que esta tierra debió tener durante el extenso tiempo que debió mediar entre la construcción del más antiguo, tosco y ciclópeo que es Menga, y la del más moderno y refinado, de influencia oriental, que es el Romeral.

El Dolmen de Menga

El dolmen de Menga es un dolmen de galería cubierta y planta casi rectangular. La zona considerada como

Dolmen de Menga

Antequera dolmen Menga 1.jpg por Andrzej Otrębski licencia CC BY-SA 3.0

“cámara sepulcral”, al fondo, está compuesta por 7 ortostatos a cada lado y uno al fondo. El conjunto se cubre con cinco enormes losas, siendo la última la más grande, de unos 6 m de longitud por 7 de lado, y un peso aproximado de unas 180 toneladas. Estas losas del techos son tan enormes que se pusieron tres pilares de sección cuadrada centrales como apoyo complementario. Está cubierto, como los otros dos monumentos antequeranos, por un túmulo de tierra. Es uno de los dólmenes más espectaculares de la península Ibérica y, probablemente, de toda Europa.

Tallados en la roca de la entrada se encuentran unos enigmáticos símbolos ideomorfos, que se han encontrado también en diversas cuevas de la Península Ibérica.

El Dolmen de Viera

El de Viera, a unos 70 m de Menga, es un dolmen de corredor. Presenta tres puertas que diferencian un pasillo, un corredor y una cámara final. Las puertas que limitan el corredor son dos piedras agujereadas de medio metro de grosor. Al final se encuentra la llamada cámara sepulcral, de base cuadrada y factoría similar a la del corredor, si bien las piedras son de mayor tamaño.

El Dolmen del Romeral

El Romeral es un monumento que se aleja un poco del tipo “dolmen”, pues está constituido por piedras de menor tamaño, muy parecido al de Viera en cuanto al pasillo y la cámara final, que en el de El Romeral se continúa con otra cámara menor. Dicha cámara final es de base circular y techo en falsa bóveda, muy similar a los templos micénicos. La falsa bóveda está constituida por una superposición de piedras en capas sucesivas que sobresalen hasta casi cerrar el techo, cuyo agujero final tapa un megalito.

Los constructores de los dólmenes

¿Qué pueblos fueron los constructores de estas magníficas obras? ¿Qué técnicas pudieron emplear?

Los arqueólogos se imaginan un pueblo del tiempo llamado Calcolítico, entre el 3.000 y el 2.000 a.C. Un pueblo primitivo que viviría de la agricultura y la ganadería, con una organización tribal y bárbara. Sin embargo, en la construcción de éstos monumentos, sobre todo en el dolmen de Menga, el más antiguo, además de las rudimentarias herramientas de piedra y bronce, necesitarían un buen conocimiento de la palanca, suponiendo que las losas mayores, de hasta 180 toneladas, pudiesen ser transportadas y levantas con los dichos medios.

También haría falta una densidad de población y organización social muy superior a la de una simple aldea o tribu aislada. Con una jerarquía claramente establecida. Y sobre todo, una idea fuerte y poderosa, capaz de movilizar tanto esfuerzo y dedicación en una obra de duración milenaria.

¿Qué impulsó a aquellos hombres primitivos a construir tales maravillas concentradas en un espacio tan reducido?
A pesar de las explicaciones de los arqueólogos, las llamadas “cámaras funerarias” no tienen rastros de esqueletos humanos que las puedan identificar como tumbas. En la cueva de Menga sólo se han encontrado dos hachas de piedra pulida, y en las de Viera y el Romeral se han encontrado algunos útiles de sílex y hueso, y algún resto de cerámica. Se alude a la cantidad de tiempo que han estado expuestos a la expoliación, pero, ¿acaso a los rústicos campesinos medievales o modernos podría interesarles tanto el asunto como para robar también los esqueletos?

Fuesen construidos por esforzados aldeanos hace 5.800 a 4.500 años o por alguna enigmática civilización desconocida de la misma o mayor antigüedad, lo que podemos percibir en estos templos prehistóricos, si nos ponemos en el estado de conciencia adecuado, es un sentimiento de respeto, asombro y admiración, al sentirnos dentro de un misterio.

Para saber más: https://turismo.antequera.es/

Otros artículos sobre Málaga: https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/2042-2-dolmen/feed 0
Málaga Mágica: La Cueva del Tesoro https://centronaos.com/cueva-del-tesoro https://centronaos.com/cueva-del-tesoro#respond Sat, 17 Oct 2020 19:36:24 +0000 https://centronaos.com/?p=2095 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

Cueva del Tesoro

Cueva del Tesoro.jpg por JamesNarmer a través de la licencia CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.es

Málaga no es solamente la playa y el lugar divertido donde pasar las vacaciones. De carácter extrovertido y alegre, tiene sin embargo, escondida como un secreto, un alma mágica y misteriosa.

La Cueva del Tesoro se encuentra a unos 10 Km. de Málaga, entre las localidades de La Cala del Moral y El Rincón de la Victoria, excavada en un promontorio de rocas calizas de edad jurásica que forman un abrupto acantilado sobre la orilla del Mediterráneo.

Sus escasos 500 metros de galerías fueron esculpidos por la acción del oleaje y las corrientes marinas, antes de que las fuerzas tectónicas la levantasen hasta su posición actual, permitiéndonos visitar sus hermosas e intrincadas cavidades, estrechos pasadizos, pulidas oquedades y caprichosas esculturas de formas fantasmagóricas.

Habida cuenta del escaso desarrollo de estalactitas y estalagmitas, originadas por la acción disolvente del agua de lluvia infiltrada por la porosidad y grietas de la roca, cabe suponer que su emersión ha sido bastante reciente (hablando en términos geológicos).

Posee restos de pinturas rupestres, de estilo esquemático, descritas por el abate Breuil en 1918, en la sala más cercana al más antiguo pozo de acceso, conocido como Pozo del Higuerón. Las excavaciones realizadas en esta sala por el profesor D. Manuel Laza Palacio han rescatado numerosos restos cerámicos y elementos de industria lítica pertenecientes al Neolítico, así como restos humanos (dos cráneos completos y numerosos fragmentos también de cráneos) y de algunos animales.

Se han encontrado también abundantes restos de cerámica árabe vidriada, como parte del material que tapaba artificialmente tres puertas o torcas que daban a una sala de la cueva, cuyos niveles arqueológicos normales, con restos de cerámica e instrumentos líticos, estaban removidos y destruidos.
Uno de los exponentes más claros de la magia de esta tierra, quizás uno de los más legendarios, es la “Cueva del Tesoro”, conocida también como Cueva del Higuerón o Cueva del Suizo.

Tres historias misteriosas confluyen en esta hermosa gruta excavada por las olas de otros tiempos, y abierta hoy al público como interesante oferta turística: La leyenda del Tesoro de los Cinco Reyes, de origen medieval y difundida sobre todo a partir del siglo XVII, que le da el popular nombre de “Cueva del Tesoro”; la historia del suizo que pasó casi 30 años buscando este legendario tesoro, y que murió en una de las explosiones que él mismo provocaba abriendo galerías; y la más mágica y antigua de las tres: la existencia del prehistórico santuario a la diosa Noctiluca, atribuido al antiguo imperio de Tatesos.

LA LEYENDA DEL TESORO DE LOS CINCO REYES

Esta leyenda hace referencia al tesoro de los cinco reyes de la dinastía almorávide, cuyo último rey, Tesufín ibn Ali, habría muerto en la plaza de Orán en el año 1145, a manos de los almohades, tras embarcar el tesoro real rumbo a Al Andalus. Los rastros de este tesoro se perdieron, y fue Fray Agustín de Milla y Suazo , natural de Orán, quien en el siglo XVII recogió la leyenda en su manuscrito, aún inédito, titulado “Historia Eclesiástica y Secular de Málaga y su Obispado”, en el que señala como lugar de enterramiento del tesoro a la cueva del Higuerón. Esta historia fue recogida más tarde en la obra “Conversaciones Malagueñas”, publicada en 1789 por D. Cristóbal Medina Conde, bajo el seudónimo de Cecilio García de la Leña, con todos los elementos de una leyenda, en la que no faltan el gigante ni el dragón. Según este autor, un grupo formado por 17 hombres de reconocido valor se introdujeron en la cueva para buscar el famoso tesoro, y salieron aterrados, convencidos de haber visto “…estampada la figura de un animal extraordinario, que algunos à pesar de su miedo, y perturbación de los sentidos, calificaron de Caiman, ú otro animal semejante” ; y cuando ya salían “…entre las huellas confusas de sus calzados, advirtieron había una como de pies desnudos, que cada uno de ellos ocupaba mas sitio que el ancho y largo de dos pies de los nuestros…” . Ciertamente, en una de las salas laberínticas de la gruta podemos observar una formación rocosa que, con imaginación, podemos identificar con la forma de un gigantesco camaleón… ¿sería la figura que espantó a los aventureros del siglo XVIII?

¿Recuerdan a los 7 enanitos de Blancanieves, cavando en una mina de diamantes? Según las tradiciones del antiguo pensamiento mágico, la naturaleza está habitada por una serie de “espíritus elementales” que colaboran en su desarrollo y evolución. Gnomos, hadas, duendes, elfos, sirenas, … son seres invisibles que participan de la obra creadora de la naturaleza en cada uno de sus cuatro planos de manifestación, representados por los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Gnomos y enanos son los espíritus correspondientes al elemento Tierra. Ellos son los encargados de la evolución de las piedras hasta alcanzar la pureza de las piedras preciosas, y de los metales hasta su transmutación en oro. Ellos son los fabricantes de los tesoros que se ocultan en el subsuelo y en las cavernas, y ellos son, también, sus terribles defensores. Por otra parte, hay otros seres aún más terroríficos, que trabajarían a las órdenes de los espíritus antes mencionados: son los dragones. Aquellos reptiles que vuelan y escupen fuego, y que duermen en un lecho de oro, protegiendo los más asombrosos tesoros. Otros habitantes míticos de las cavernas son los gigantes, ogros y cíclopes, como el que es vencido por Ulises en la Odisea…. De toda esta magia participa la leyenda, con la historicidad y realismo que caracterizan el mundo imaginario español, del Tesoro de los Cinco Reyes.
El profesor Laza Palacio encontró durante sus excavaciones un candil de cerámica en el que se habían introducido 6 monedas de oro almorávides, de la época de Alí ibn Yusuf. Su interpretación, después de conocer que para algunas tribus saharauis, herederas de las tradiciones almorávides, el número 6 es de gran valor mágico y supersticioso, fue que aquel tesorillo fue ocultado intencionadamente junto a una de las bocas de acceso a la cueva, como parte de un ritual mágico de ocultación del tesoro; quizás un ritual de invocación a poderosos genios de la tierra que, desde su lámpara mágica, protegiesen el tesoro de la codicia de los saqueadores.

La leyenda se completa con la intervención de aquel personaje, llamado Antonio de la Nari, natural de Suiza, quecueva del tesoro

Cueva del Tesoro 2.jpg por JamesNarmer a través de la licencia CC BY-SA 4.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.espasó casi 30 años buscando el legendario tesoro de los cinco reyes mahometanos, abriendo con dinamita galerías y pasadizos, y que murió en 1847 en una de sus explosiones. Los lugareños aseguran que su espíritu vaga todavía por los laberínticos pasillos rocosos, buscando el fabuloso tesoro que aún hoy permanece oculto…

Quizás nunca hubo allí ningún tesoro real, o quizás sí que lo estuvo pero fue robado al poco tiempo de esconderse por alguno de los implicados en su ocultación… o quizás los ritos mágicos tuvieron éxito y el tesoro se encuentra aún ahí, al alcance de nuestras manos pero fuera del alcance de nuestros ojos… O quizás el tesoro se encuentra ante nuestros mismos ojos, pero es de una naturaleza tan distinta a la que esperábamos que por eso somos ciegos a él….

EL SANTUARIO DE NOCTILUCA

La más impresionante de todas las salas, a la que se llega pasando por una serie de galerías laberínticas, es el Santuario de Noctiluca, sala en la que se encuentra un “betilo” o formación rocosa en la que la imaginación nos hace ver un perfil tosco femenino con una especie de tocado atravesado por una oquedad redonda, que simbolizaría a la Luna. Al pie de este misterioso rostro se encuentra otra formación de menor tamaño, con una curiosa forma de media luna, que nos hace recordar la media luna a los pies de la Virgen María Inmaculada, o la antigua barca de Isis. Una serie de pilas o vasos comunicantes rodea el conjunto en forma descendente, haciendo caer el agua que se infiltra sobre todo en época de lluvias, desde la pila superior hasta la inferior. En estas pilas se encontraron restos de cenizas pertenecientes a animales sacrificados, que sitúan la utilización del complejo ritual en el Neolítico.
Rufo Fiesto Avieno dice en su “Ora Marítima” : “… bajo el dominio de los tartesios existe allí, frente a la ciudad (Mainake o Málaga) una isla, consagrada antes por los habitantes a Noctiluca” . Noctiluca era esa diosa lunar de la fecundidad, la vida y la muerte del Neolítico, anterior al parecer incluso a los tartesios, que entre los fenicios fue representada en forma de betilo en la Tierra, y por las distintas fases de la Luna en los Cielos. El culto a esta divinidad, bajo estos mismos elementos, fue representado también en las monedas fenicias de Malaka (Málaga), todo lo cual confirma a la llamada Cueva del Tesoro como el antiguo Santuario de esta antiquísima y misteriosa divinidad.

Al simbolismo de las cavernas como lugar de ocultación de tesoros, se suma, pues, el simbolismo de la caverna como lugar mágico y sagrado.
El significado simbólico de las cuevas está relacionado con los misterios de la muerte así como del nacimiento. Como “puerta de los infiernos” o entrada al mundo de los muertos, fueron utilizadas desde el Paleolítico como lugares de enterramiento. Pero las grutas eran, a la vez, representaciones de vientre generador de la Madre Tierra, “matrix genetrix”, útero telúrico regenerador de la Vida, que las convertían en lugares de nacimiento de los dioses, héroes y espíritus . Esta confluencia de la vida y la muerte en las cuevas las convertía en los centros adecuados para la realización de los ritos de la muerte iniciática, a través de los cuales el adepto, recorriendo el camino hasta el mundo de los muertos y regresando nuevamente al de los vivos, se convertía en iniciado.
En la cueva malagueña que nos ocupa, a este simbolismo telúrico se suma el simbolismo de la Luna y de las aguas marinas. El origen marino de la gruta, su cercanía y conexión al mar, y la relación de las mareas con el influjo de la Luna, convierten a este lugar en el punto de confluencia de los misteriosos poderes femeninos de la Naturaleza, en el centro sagrado de los misterios del renacimiento.

Magia y misterio se suman en la Cueva del Tesoro de manos de la geología, de ritos ancestrales y de narraciones legendarias. Hayan o no enterradas piedras preciosas y oro, vaguen o no vaguen por sus galerías dragones, gigantes o las almas torturadas de enloquecidos buscadores de riquezas, el tesoro del antiguo culto a la misteriosa y antigua Diosa Madre vive aún entre las curvas y pulidas paredes de la más mágica de las cuevas de Málaga.

Para visitar: http://turismoenrincon.es/que-ver/

Otros lugares mágicos de Málaga: https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/cueva-del-tesoro/feed 0
El carácter sagrado de la Naturaleza y del medio ambiente https://centronaos.com/el-caracter-sagrado-de-la-naturaleza-y-del-medio-ambiente https://centronaos.com/el-caracter-sagrado-de-la-naturaleza-y-del-medio-ambiente#respond Sat, 03 Oct 2020 19:36:22 +0000 https://centronaos.com/?p=2064 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

Escrito por Francisco Capacete González

naturaleza sagradaSi tuviéramos que señalar un denominador común para todos los atentados que sufre el medio ambiente y que han acelerado el cambio climático, podríamos referirnos a la falta de respeto por la naturaleza. La falta de respeto hacia el entorno natural, las especies que en él habitan y el mismo planeta es una consecuencia de la desacralización de la naturaleza y de la idea que nos hemos hecho del progreso como aprehensión del entorno sin medida.

La desacralización que sufrimos es una suerte de pérdida del sentido de lo privado ante la aparición de lo público como posesión objetiva. La percepción de lo sagrado es algo íntimo, privado y valioso. «Para H. Arendt, lo privado tiene dos fundamentales sentidos. Uno es el de aquello que, con cierto carácter de sacralidad, tiene que ser protegido, resguardado, oculto a las miradas ajenas y a la luz cegadora de lo público, porque se trata de ese ámbito de lo más propio de la existencia de cada cual, de ese ámbito de misterio de las fuentes de la vida, impenetrable e incomprensible en última instancia a la mirada objetivadora del conocimiento»(1).

El miedo a lo desconocido, incluso en nosotros mismos, y la necesidad de desligarse de la religión para desarrollar el conocimiento científico llevó a la sociedad occidental a crear un nuevo concepto de la naturaleza y de la vida. «Desde el tiempo de nuestros más remotos antepasados hasta el siglo XVII se dio por sentado que el mundo de la naturaleza estaba vivo. Pero en los tres últimos siglos, una cantidad creciente de personas educadas empezaron a pensar en la naturaleza como algo inerte. Esta ha sido la doctrina central de la ciencia ortodoxa: la teoría mecanicista de la naturaleza (2).

Conviene aclarar, ya desde este momento, que el concepto de «sagrado» tiene que ver con esa esfera privada, íntima de la conciencia individual y no con el seguimiento o sometimiento a unos postulados religiosos. Un ateo materialista que no cree en Dios ni en la religión posee un sentido de lo sagrado, que lo aplicará a su patria, sus tradiciones culturales, su idioma, su familia, sus hijos, etc. Todos los seres humanos, seamos religiosos o no, concebimos algo sagrado y algo que no lo es.

La pérdida del sentimiento o conciencia de lo sagrada que es la vida en todas sus expresiones ha llegado también al mundo rural, con el aumento aritmético de explotaciones agrícolas y ganaderas de carácter industrial.

Omar Felipe Giraldo describe lo que significaba la tierra para el agricultor tradicional andino: «La chacra, la parcela o la milpa para el agricultor no es espacio equiparable al resto de los lugares. Es tierra arada que se ha vuelto cualitativamente diferente a la tierra colindante: un asentamiento consagrado por medio del trabajo. No es espacio homogéneo, desacralizado o profano (Eliade, 1981) como el de la producción fabril de alimentos. Es el lugar delimitado por el afecto construido durante las faenas de labranza, tierra trascendente. La parcela es, pues, tierra sagrada a la que se le rinde culto»(3).

La Tierra, sagrada

El profesor Leonardo Boff alega cinco razones para considerar sagrada a la Tierra y, según este autor, dotarla de derechos: La primera es la más alta ancestralidad de la tradición transcultural que siempre consideró la Tierra como Madre. En su visión cósmica, los pueblos originarios sentían que la Tierra era y es parte del universo, a quien rendían culto con un respeto reverencial ante su majestad.

La segunda razón es la constatación científica realizada por parte de sectores importantes de las ciencias de la Tierra (nueva biología, astrofísica, física cuántica). Según ellos, la Tierra es un superorganismo vivo, que articula lo físico, lo químico, lo biológico y lo ecológico, de forma tan interdependiente y sutil que se hace siempre propicia a producir y reproducir la vida. Inicialmente era una hipótesis, que a partir de 2001 pasó a una teoría científica, el grado más alto del reconocimiento en el campo de las ciencias. La atmósfera actual no resulta solamente de mecanismos físicos, químicos y de fuerzas directivas del universo, sino principalmente de la interacción de la vida misma con todo el entorno ecológico. De esta interacción resulta que la atmósfera como la tenemos hoy es un producto biológico. La sinergia de los organismos vivos con los elementos de la Tierra va creando y manteniendo el hábitat adecuado que denominamos biosfera. Si así es, podemos entonces decir: no solamente hay vida sobre la Tierra. La Tierra misma es vida. La vida debe ser amada, cuidada y fortalecida. No puede ser amenazada y eliminada. No puede ser transformada en mercancía y puesta en el mercado.

Naturaleza sagradaLa tercera razón es la unidad Tierra y Humanidad como legado de los astronautas desde sus viajes espaciales. Desde la Luna, o de sus naves, han podido contemplar, llenos de admiración y de sacralidad, la Tierra. Han testimoniado esta experiencia ( overview effect ): entre Tierra y Humanidad no hay diferenciación. Tierra y Humanidad componen un todo orgánico compuesto de ecosistemas, con sus diferentes formas de vida, especialmente la humana. Esta entidad, única, compuesta de Tierra y Humanidad nos permite decir que la Tierra está viva y es Madre.

La cuarta razón es cosmológica: la Tierra y la vida constituyen momentos del vasto proceso de la evolución del universo. La Tierra es un momento de la evolución del universo. La vida es un momento de la evolución de la Tierra. Y la vida humana es un momento de la evolución de la vida. Pero para que la vida pueda existir y reproducirse necesita de todas las precondiciones energéticas, físicas y químicas, sin las cuales no puede irrumpir ni subsistir. Por eso hay que incluir todo el proceso de la evolución anterior para entender adecuadamente la Tierra y la vida.

Hay una quinta razón que sustenta nuestra tesis, que se deriva de la naturaleza relacional e informacional de todo el universo y de cada ser. La materia no tiene solamente masa y energía. Tiene una tercera dimensión que es su capacidad de conexión y de información. Esto quiere decir, en la jerga cuántica, que «todo tiene que ver con todo, en todos los puntos y en todas las circunstancias». El universo, más que la suma de todos los seres existentes y por existir, es el conjunto de todas las relaciones y redes de relaciones con sus informaciones que todos mantienen con todos. Todo es relación y nada puede existir fuera de la relación. Esto funda el principio de cooperación como la ley más fundamental del universo, que relativiza el principio de la selección natural(4).

Naturaleza  y progreso

«¿De dónde proviene esta ruptura entre el hombre y su entorno? Tomamos conciencia de ello de manera brutal, pero si se ha introducido de manera insidiosa en nuestra vida, es en gran parte por la idea que nos hemos formado de la noción de progreso (…). Para las sociedades tradicionales, dejarse arrastrar por la aceleración de los tiempos era desconectarse del ritmo cósmico, del mundo de los orígenes. Tenían un concepto de la “geografía sagrada”, una concepción del mundo marcada por la noción de unidad y cohesión: todo está relacionado con todo, todo tiene un sentido y una orientación, no solo en el espacio, sino también en el ámbito práctico, psíquico y espiritual»(5).

¿Qué hemos entendido por progreso? Producir cada vez más ante la creencia de que la naturaleza es algo inerte que no es de nadie (aunque sea de todos), de la que puede sacarse toda la materia prima que se desee. La ambición es hija, en este sentido, de la pérdida de conexión con lo sagrado de la naturaleza. Esta concepción nos ha hecho perder, como dice el autor, la noción de ritmo natural. Y esto es precisamente lo que hemos provocado en el clima, una aceleración artificial. El clima siempre ha variado, pero a un ritmo natural, coordinado con las especies. Ahora nos encontramos con un cambio brusco del clima, y a este fenómeno le estamos llamando «cambio climático».

Bayer señala, en el prólogo del libro de Zaffaroni La Pachamama y el humano, que «el humano no ha respondido adecuadamente aún sobre cómo ha venido tratando a la Pachamama. En lugar de lograr el equilibrio para llegar a una paz eterna, ha hecho todo lo contrario. Las guerras, la fabricación de armas, la expoliación y explotación de la naturaleza hasta el hartazgo»(6).

Hay fiestas estacionales, como la Noche de San Juan, que permiten conectar con el alma de la naturaleza. Para ello, hay que despojarse de todo aquello que sea rutina, artificio, competencia, urbanismo, y quemarlo en la hoguera que bien podría denominarse «de las vanidades». Se trata de sentir el tacto de la arena, el calor del fuego y lo insondable del mar. Imbuirse de lo sagrado dejándose llevar por el espacio cósmico que, desde tiempos inmemoriales, nos ha cobijado como a seres sagrados. Para la naturaleza, todos los seres, incluidos los seres humanos, son sagrados.

Se hace necesario recuperar el sentido de lo sagrado relacionado con la naturaleza si queremos solucionar los problemas del medio ambiente desde la raíz.

Notas

1 Crítica fenomenológica de la ausencia de la corporalidad en el concepto habermasiano de la esfera pública.Tesis doctoral de José M.ª Terrón Muñoz en la Universidad de Granada (2003).

2 El renacimiento de la naturaleza . Sheldrake, Rupert. Edit. Upasika.

3 Hacia una ontología de la agricultura en perspectiva del pensamiento ambiental. Giraldo, Omar Felipe. POLIS, Revista latinoamericana, núm. 34, 2013.

4 El horizonte de los derechos de la naturaleza . Boff, Leonardo. Revista América Latina en Movimiento n.º.479.

5 Geografía sagrada del antiguo Egipto . Schwarz, Fernand. Edit. Errepar (1996).

6 La Pachamama y el humano. Zaffaroni, Raúl. Editorial Colihue (2012)

Para saber más: https://www.revistaesfinge.com

Otros artículos de interés: https://centronaos.com/roma-y-star-wars
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/el-caracter-sagrado-de-la-naturaleza-y-del-medio-ambiente/feed 0
La fortaleza ante las dificultades https://centronaos.com/fortaleza-ante-las-dificultades https://centronaos.com/fortaleza-ante-las-dificultades#respond Sun, 27 Sep 2020 19:30:58 +0000 https://centronaos.com/?p=2090 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

trabajo en equipo

Cuando se inició 2020, no sabíamos todavía el alcance de los momentos difíciles que nos tocaría vivir. Al cabo de poco tiempo se expandió una pandemia que afectó a la mayoría de los países –si no a todos– del mundo, demostrando que, en estos casos, las que nosotros consideramos diferencias no existen. Todos somos seres humanos, todos somos vulnerables a la enfermedad y a todos nos afecta el dolor.

Diariamente vemos con asombro y pánico la cantidad de personas afectadas por el coronavirus, el número creciente de muertos, y aunque por suerte muchos se recuperan, el número de quienes han perdido la vida es sobrecogedor. Es tan grande que a veces no vemos más que cifras y olvidamos el dolor de quienes se marchan en la soledad de un hospital o en peores sitios, en la tristeza de quienes no pueden acercarse ni despedirse de sus seres queridos.

No vemos, por mucho que lo repitan, la entrega incansable de quienes se esfuerzan por salvar vidas, por elevar el ánimo de quienes se sienten desamparados. Verdaderos modelos de fortaleza.

Evidentemente, son momentos difíciles y, sobre todo, momentos especiales que ponen a prueba nuestros valores interiores.

Saber sufrir no es fácil, pero si hay fortaleza, el sufrimiento se convierte en una potencia enorme que desconocíamos y ni sabíamos que podíamos desarrollar. Hay formas de sufrimiento que ennoblecen, y no tenemos más que tomar en cuenta la gran cantidad de maravillosas obras de arte que surgieron bajo el influjo del dolor. Sin embargo, son expresiones de dolor que nos transportan a esferas elevadas de conciencia, produciendo, más que consuelo, un sentido de infinitud que nos funde con el universo entero.

Deberíamos recurrir diariamente a la belleza que nos devuelve la dignidad y nos hace sentir más grandes y mejores.

Detrás del dolor hay un significado, y aunque cuando estamos atrapados por el dolor no comprendemos el sentido de la vida, deberíamos hacer un esfuerzo por llegar a causas más profundas que las simplemente evidentes. Esta profundización nos ayudaría a llegar a otras causas, a otras respuestas que no son tan evidentes, pero no por ello menos verdaderas.

manos

Sé que es fácil utilizar palabras para explicar, palabras para consolar, palabras… Sin embargo, a falta de otro medio de comunicación más íntimo y sutil, no tenemos más opción que usar palabras. Si recordáramos viejas enseñanzas, de esas que el tiempo se ha tragado en beneficio de modalidades más superficiales e insignificantes, retomaríamos el sentido oculto que se esconde detrás de las palabras. Cada una de ellas encierra un concepto, una idea. Y debería bastar el sonido de esa palabra para que su sentido interno volviera a nosotros.

Recomendamos «fortaleza» y no sabemos muy bien qué queremos indicar con ello. ¿Es aguantar el dolor sin que se advierta? ¿Es esconder las lágrimas? ¿Es demostrar frialdad cuando ardemos por dentro? ¿Es caer en la apatía y la falta de sentimientos? ¿Es recurrir a la agresividad para desahogar lo que no podemos mostrar?

Por desgracia, esas formas de aparente fortaleza tienen corta duración y, tarde o temprano, se pierden, dando lugar a modalidades mucho más groseras o más impropias del ser humano. Entonces, desconfiamos de la fortaleza y de cualquier otro valor moral que se le parezca.

Mientras esperamos que las palabras adquieran un sentido especial, creemos que la fortaleza tiene algo de fuerza, naturalmente, pero necesita otros elementos que la completan y la convierten en un valor vital.

escalar, fortalezaLa verdadera fortaleza necesita voluntad, que es decir un valor permanente fundamentado en nuestros principios y en lo que queremos hacer en la vida. Es una valentía que no se destruye ante las adversidades, sino que, al contrario, crece y se hace más potente y refinada. Es capacidad de decisión y de hacerse cargo de los errores para reemprender la vida misma una y mil veces con afán de perfeccionamiento.

La verdadera fortaleza necesita inteligencia, no razonamiento. La inteligencia busca el porqué de las cosas, es capaz de ver detrás de las apariencias y captar de manera inmediata, como un chispazo, lo que se esconde detrás de cada situación, de cada persona, detrás de uno mismo.

La verdadera fortaleza necesita amor. Lejos de esta virtud está la dureza de carácter, la frialdad y el mal trato. Al contrario, el más fuerte es el que más comprende y más ama, comprende a los demás y se ama a sí mismo concediéndose oportunidades, lejos del orgullo y la vanidad.

La verdadera fortaleza necesita unión. Solos podemos hacer muchas cosas, pero unidos de corazón con quienes convivimos, podemos hacer casi milagros. La unión concede una fuerza que multiplica millones de veces la nuestra, multiplica la voluntad, la inteligencia y el amor.

Fortaleza y Unión son medicinas únicas en los momentos difíciles y especiales.

Sobre la autora Delia S. Guzmán:

Licenciada en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y graduada como profesora de Piano y Composición en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires.

Fundadora en 1982 del Concurso Internacional de Piano Delia Steinberg, aún en activo.

Desde 1991 hasta 2020 ha sido presidenta internacional de Nueva Acrópolis. Desde marzo de 2020, con la elección de un nuevo presidente internacional, es reconocida como Presidente de Honor de esta Asociación Internacional.

Entre algunas de sus obras podemos destacar:

Los juegos de Maya (Editorial Nueva Acrópolis. Madrid, 2001. 1.ª ed. 1980).

El héroe cotidiano (Editorial Nueva Acrópolis. Madrid, 2002).

Filosofía para vivir (Editorial Nueva Acrópolis. Madrid, 2005).

¿Qué hacemos con el corazón y la mente? (Editorial Nueva Acrópolis. Madrid, 2006).

Para conocerse mejor (Editorial Nueva Acrópolis. Madrid, 2015).

El ideal secreto de los templarios (Editorial Nueva Acrópolis, 2015).

Para saber más: https://www.revistaesfinge.com/sociedad/item/2066-pandemia

http://centronaos.com/la-filosofia-estoica-actual-y-practica

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/fortaleza-ante-las-dificultades/feed 0
Málaga mágica: La Catedral de Málaga https://centronaos.com/malaga-magica-la-catedral-de-malaga https://centronaos.com/malaga-magica-la-catedral-de-malaga#respond Sun, 20 Sep 2020 19:28:32 +0000 https://centronaos.com/?p=2036 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

catedral de MálagaEn la actualidad, el lugar de donde irradia el poder que la mirada hacia lo sagrado de los hombres plasma en la Tierra, en esta ciudad de Málaga, se encuentra en su Catedral, llamada popularmente “la Manquita” por el aspecto de su torre inacabada.

Orígenes

La Catedral de Málaga se encuentra en el lugar que ocupó la Mezquita Mayor durante los ocho siglos de dominación musulmana. Su situación, inmediatamente detrás del puerto y las murallas de la medina, en las inmediaciones de la zona ocupada en tiempos romanos por el conjunto de edificios públicos, nos hace pensar que probablemente se edificara sobre la antigua basílica romana. Típicamente, la basílica romana se situaba cerca del foro, y tenía, antes de la implantación del cristianismo, la función de tribunal y lugar de reunión de los ciudadanos. En los primeros siglos del cristianismo, estos edificios fueron sacralizados y convertidos en tempos paleocristianos.
Cabe esperar que, tras la caída del Imperio Romano y los sucesivos conflictos entre vándalos, bizantinos y visigodos en nuestra región, este templo paleocristiano fuese reutilizado como tal hasta la invasión de los árabes, los cuales construirían su Mezquita sobre suelo ya consagrado, sustituyendo un culto por el otro, como en tantas ocasiones se ha hecho a lo largo de la historia.

De Mezquita a Catedral

La Mezquita era un edificio constituido por cinco naves, con ciento trece columnas, y un patio con catedral de Málaganaranjos rodeado de galerías por tres de sus lados. Después de la conquista de la ciudad por los cristiano, los Reyes Católicos ordenaron la consagración de la Mezquita para que fuera dedicada al culto de Santa María de la Encarnación. Pero la antigua Mezquita no se adaptaba bien al culto cristiano, por lo que se decidió derruirla y construir un templo nuevo.
La idea que inspiró la construcción de la Catedral y todo el conjunto de obras de arte que revisten su interior es la del Triunfo de la Iglesia, a través del Ciclo de la Redención. Una idea de Triunfo que se ramifica hacia el Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, patrona de Málaga, y que quizás constituya una de las claves para entender el carácter jovial, alegre y despreocupado de los malagueños.

Para saber más: http://www.malagaturismo.com/

Otros lugares de Málaga: https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/malaga-magica-la-catedral-de-malaga/feed 0
La filosofía estoica, actual y práctica https://centronaos.com/la-filosofia-estoica-actual-y-practica https://centronaos.com/la-filosofia-estoica-actual-y-practica#respond Sat, 13 Jun 2020 16:40:45 +0000 https://centronaos.com/?p=2047 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»no» min_height=»» hover_type=»none» link=»»][fusion_text]

Escrito por Juan Manuel de Faramiñán Fernández-Fígares

Aunque la filosofía estoica está dividida en varias etapas, existen una serie de elementos comunes que aportan unidad al conjunto de esta filosofía dentro de los casi seis siglos de desarrollo que experimenta.

Se debe tener en cuenta que el estoicismo es, en cierto modo, el heredero de la decadencia griega, de una época de profundos cambios sociales y políticos que coinciden con la irrupción del Imperio macedonio y, sobre todo, con la muerte de Alejandro Magno, acaecida en torno al año 323 a. C. No se trata, sin embargo, de un periodo negativo en sentido lato, sino de un gozne histórico en el que se produce el paso de una forma de entender al mundo y el ser humano, apoyada en la estructura organizativa de la ciudad-Estado y el ágora, a otra en la que las fronteras identitarias se pierden y difuminan en el complejo crisol cultural del acervo helenístico.

Ante este panorama, el espacio público, antiguo origen y acicate de la filosofía, se torna insuficiente para resolver los nuevos interrogantes que la inestabilidad y diversidad política generan en la ciudadanía. De ahí que, de la mano de las nuevas necesidades sociales, surjan otras vías de reflexión y desarrollo humano, modelos de pensamiento actualizados y acordes a las nuevas perspectivas históricas. Tal es el caso de la escuela que nos ocupa, el estoicismo, una filosofía para tiempos de crisis que, ante la pérdida de valores e identidad propia de los momentos de cambio, invita al ser humano a mirar hacia dentro y a reencontrarse con su naturaleza universal a través de sí mismo.

El panorama filosófico que acompaña al estoicismo en su alumbramiento es, por otro lado, tremendamente heterogéneo, pues, aunque en el siglo III a. C. el fértil legado socrático también se hallaba en un claro estado de debilitamiento, el amplio abanico de escuelas que surgen gracias a él (la Academia, el Liceo, la escuela megárica, la cirenaica, los cínicos…) sirven de sustrato a la filosofía estoica o «zenoniana» (primer nombre con el que se la conocerá en honor a Zenón de Citio, su primer fundador). También persisten en la época algunos vestigios de las más viejas filosofías «presocráticas», como las escuelas de Pitágoras, de Heráclito o de Parménides, y la influencia de las «nuevas» tradiciones orientales, que comienzan a abrirse camino en Occidente gracias al comercio y las migraciones. Por todo ello, la escuela estoica no solo se alimenta de la filosofía del momento, sino que bebe de tres de las grandes tradiciones de la época: la tradición semita-cananea y su concepción moral, la socrática-platónica y aristotélica con su característica lógica y dialéctica, que hacen del logos humano un reflejo del logos universal, y la física de Heráclito, de la que toma Zenón toda la cosmovisión panteísta de su filosofía y su percepción ígnea de los ciclos históricos.

Fundamentos de la filosofía estoica

Acrópolis de AtenasZenón y el estoicismo

En cualquier caso, de todas estas influencias cabe destacar la aportación que, dentro de la tradición socrática, hace la escuela cínica al estoicismo, pues es ella quien imprime ese carácter virtuoso a la filosofía de Zenón que lo lleva a buscar siempre un modelo de conducta que sea riguroso y que le permita alcanzar la autarquía o absoluta independencia de todo lo exterior. Al igual que los cínicos, los estoicos son naturalistas, es decir, buscan la frugalidad y el desapego viviendo de acuerdo con la naturaleza y despertando un profundo amor a la vida. Esta perspectiva, unida a una fuerte convicción de que todo cuanto acontece es causa, a su vez, de una causa ulterior y necesaria, lleva a los estoicos a desarrollar una absoluta confianza en «lo proveído», es decir, a pensar que solo corresponde al ser humano decidir cómo se quiere actuar ante las cosas que le han sido «dadas». Alrededor de esta concepción del mundo heredada de Heráclito y del amor fati o amor al destino propio de los cínicos, Zenón desarrolla tres de los grandes temas del estoicismo:

* Dios y el cosmos son una misma cosa (panteísmo). El espacio y el tiempo son las dimensiones mismas de la divinidad en el interior de las cuales los seres desarrollan su existencia.

* La presencia de Dios se traduce en armonía y simpatía universal. La presencia temporal de Dios se expresa mediante el Destino y la Providencia, al igual que su presencia espacial se traduce en una interrelación simpática entre todos los seres.

Ante esta interpretación del destino, el estoicismo reivindica un modelo vital y moral que busca el acuerdo con la naturaleza en dos etapas: en primer lugar, tendiendo a la indiferencia respecto a lo que nos da la causa exterior, que hay que aceptar sin desear que sea diferente; en segundo lugar, subordinando las acciones y las tendencias a la actividad de la naturaleza con nuestra voluntad, es decir, queriendo que las cosas sean como son. Para ello, su filosofía se divide en tres campos armónicos e interrelacionados:

1. La física (o lo que concierne a la relación del ser humano con la naturaleza): el campo de los deseos y las aversiones, aprender a desear lo que depende de nosotros y ser indiferentes a lo que no depende de nosotros. Rechazar todo intento por pretender que las cosas sean como a nosotros nos gustaría que fuesen. Comprender que todas las partes que conforman la naturaleza están interconectadas.

2. La ética (la relación del ser humano con los demás): el campo de los impulsos o de la acción. Solo actuar en función de lo que depende de nosotros o es bueno para el conjunto. Sentirse ciudadanos universales.

3. La lógica (la relación del ser humano consigo mismo): el campo del asentimiento como la facultad de criticar y juzgar cada representación para poder dar nuestro asentimiento conforme a un juicio verdadero u objetivo. Buscar la armonización interior con la armonía inherente a la naturaleza.

Desde este prisma, la lógica nos enseña a descubrir los nexos causales; la física, a tomar conciencia de la armonía y simpatía del mundo; y la ética, que la ataraxia o imperturbabilidad del ánimo nacen de un consentimiento del alma al curso de todas las cosas. Las tres tienen un único fin, hacernos conocedores de la naturaleza divina como un todo simpático a sí mismo, organizado y libre con el cual tenemos que vivir en un acuerdo constante.

El deber social en la filosofía estoica

El deber social está, por lo tanto, íntimamente vinculado con la naturaleza social del ser humano, porque Marco Aureliocada individuo está unido a los demás por medio de la inteligencia universal de la que todos participan, es decir, está conectado por arriba, primero por la ciudad de la humanidad y después por la ciudad física a la que pertenece. Por ello, para los estoicos existe un tipo de solidaridad cósmica que une fraternalmente a todos los seres que participan del logos universal, y por eso existen unos deberes éticos y sociales de los unos respecto de los otros y de todos respecto de la naturaleza de la que forman parte (el hombre es apenas una parte más del todo). En consecuencia, mediante el estudio de la física, el ser humano toma conciencia de su papel en el mundo.

Sin embargo, este conocimiento epistemológico de la naturaleza conlleva, para el estoico, un proceso previo de ascesis y entrenamiento, pues solo el sabio sabe realizar este proceso de forma adecuada y llegar así a una correcta comprensión del mundo. De esta suerte, distinguen tres grados posibles de conocimiento: el estado de ignorancia, el conocimiento básico de la muchedumbre (la opinión y la creencia) y la ciencia propia de los sabios, los únicos capaces de hacer coincidir su propia razón con la razón universal. A mitad de camino entre la no sabiduría inconsciente del insensato y la sabiduría del sabio, se encuentra la no sabiduría consciente del filósofo.

De hecho, el proceso epistemológico del estoicismo se apoya sobre este reconocimiento socrático de la propia ignorancia, a través de un itinerario cognitivo que es, al mismo tiempo, empirista e idealista y que parte de la premisa de que el primer contacto con la realidad del sujeto viene siempre de la mano de sus sentidos (cuya información es siempre verdadera por cuanto transmiten y reproducen siempre algo real). En efecto, para los estoicos, la primera información que el ser humano recibe del mundo es por medio de una representación (visum o fantasía), una impresión sensitiva que generalmente produce una reacción emotiva en el alma y ante la que el sujeto puede reaccionar aceptando sus efectos o rechazándolos. De ahí que el estoico considere que las cosas tienen una naturaleza propia distinta a la que cada uno percibe, pues una vez que el sujeto recibe la impresión representativa, esta puede ser aprehendida de manera desapasionada (que es lo que hace el sabio) o puede dejarse arrobar por la impresión que de manera falseada se ha hecho de la misma.

En cualquier caso, para el estoico, la impresión anímica que producen las representaciones es igual tanto en el sabio como en el ignorante, por lo que la diferencia estriba únicamente en el juicio que cada uno realiza en el momento del contacto. Por esta razón, una vez que el alma recibe imágenes que proceden de las sensaciones del cuerpo, se debe desarrollar un discurso interior comprensivo. En este discurso o juicio, el ser humano debe comprender que no son las cosas las que lo conmueven, sino la idea preconcebida que tiene de ellas, es decir, la representación que se ha hecho de las mismas, y que de no realizar el juicio correctamente se verá arrastrado por las circunstancias sin poder determinar qué son ni de dónde provienen.

De este juicio surge, además, un impulso de deseo o de rechazo, por lo que, dado que el ser humano se siente naturalmente inclinado hacia el bien y repelido por el mal, debe tratar de alcanzar una conclusión comprensiva que le permita determinar si lo que se le ha representado es verdaderamente bueno o malo. De ahí que, para los estoicos, la representación sea como una impresión que el objeto o el acontecimiento produce en el alma y que es modificada en función de la calidad y consistencia de esta última. Así, en la medida en que el alma es fuerte e independiente, la modificación que produce el afecto o la aversión es menor, por lo que la representación es cada vez más acorde con la realidad.

Dolor y deseo

En este sentido, el estoicismo diferencia cuatro géneros de afecciones anímicas o pasiones en función de su ámbito temporal de proyección. En el presente, el dolor como contracción irracional del ánimo ante lo que se juzga como malo, y la concupiscencia como consecuencia de un apetito irracional descontrolado hacia lo que consideramos bueno. En el futuro, el temor a lo que es considerado como malo que aún no ha sucedido y el deseo respecto de lo que parece apetecible.

Ante ello, el estoico debe tener siempre presente tres cosas: qué es el bien para él, que su libertad depende de las opiniones y que tan solo existe el instante presente. Dentro de este marco existencial, determina una diferencia fundamental entre aquellas cosas que dependen de nosotros y aquellas que no dependen de nosotros y comprende que tan solo las primeras pertenecen al ámbito de la voluntad humana, siendo las demás indiferentes. De este modo, considera que no son los acontecimientos lo que causan perjuicios y dolor a los seres humanos, sino la forma en la que actuamos frente a ellos, por lo que admirar lo exterior tan solo puede arrastrarnos al miedo y al desconcierto propio del deseo desmedido. Estas vibraciones del alma tienen la capacidad de convertirnos en esclavos de las circunstancias y de aquellos que tienen poder sobre lo que tememos o deseamos. Por ello, el ideal de sabiduría del estoico es la ataraxia o imperturbabilidad del ánimo, un estado de equilibrio y serenidad interior al que solo se puede llegar prestando más atención a lo que nos sucede internamente que a lo que acontece en el exterior.

Cabe aclarar que, aunque para los estoicos todo está contenido en cuerpos o corpúsculos de manera que todo está en todo, admiten la existencia de cuatro entidades incorpóreas, inteligibles, inactivas e impasibles: el expresable (el ser de las cosas), el vacío, el lugar y el tiempo. No obstante, cada una de ellas se expresa, a su vez, en un mismo cuerpo: el expresable, como el verdadero ser de las cosas que hay que alcanzar; el vacío, como la contraposición a lo finito más allá de los límites del mundo en lo infinito; el lugar, como el espacio ocupado por los cuerpos; y el tiempo, como la manifestación tácita del destino y la Providencia a través del movimiento.

El acceso a estos incorporales se lleva a cabo mediante un buen uso de las representaciones, para cuyo juicio y valoración el ser humano debe siempre tener en cuenta que tan solo hay tres actos que dependen del alma y que, por lo tanto, son libres y no están sujetos a impedimentos, a saber, el deseo de adquirir lo que es bueno y la aversión sobre lo que se considera malo, el impulso para actuar y el poder realizar un juicio apropiado sobre el verdadero valor de las cosas. El resto de las cosas, como realmente no depende de uno, son también ajenas, inconsistentes, serviles y sujetas a impedimento. Así, por ejemplo, el cuerpo, las riquezas, las honras y los reconocimientos o el poder exterior son elementos todos ellos sobre los que no es posible ejercer un control absoluto.

Ejercicios de virtud

Algunos ejercicios estoicos para alcanzar estos ideales de virtud y comportamiento son:

1. No opinar, describir las cosas y los acontecimientos desapasionadamente, tal como son realmente y no como nos las representamos (las cosas no nos afectan por lo que son, sino por la opinión que nos hacemos de ellas).

2. Ser un atleta del acontecimiento, vivir la vida como una prueba.

3. Disponer de un equipamiento sencillo de reglas a aplicar en caso de dificultad o duda.

4. Escuchar y no intentar demostrar nada. Hablar solo de lo que se conoce.

5. Leer y reflexionar por escrito. Examen al final del día de lo ocurrido y de cómo se ha reaccionado. Recordar todos los días cuál es el bien para nosotros.

6. Gimnasia y abstinencia. Aprender a guardar silencio.

7. Diferenciar lo que depende de nosotros y lo que no, mostrar indiferencia ante esto último.

8. Esperar antes de reaccionar, examinar las representaciones.

9. Praemeditatio malorum. Anteponerse a lo que nos preocupa y decidir cómo queremos actuar.

10. Observar y ponerse en el lugar de los demás, tratar de comprenderlos desapasionadamente.

11. Ver el mal como un error de juicio.

12. Acompañarse de seres buenos y nobles.

13. No asentir la crítica ni el insulto, mostrar buen humor.

14. No hablar de nosotros mismos, pensar en plural.

15. No culpar a los demás, buscar nuestra propia responsabilidad.

16. Resignarse ante los acontecimientos, pues más fuerte que la ley es la necesidad.

17. Matar la ambición de lo exterior, buscar solo la libertad interior (ataraxia).

18. No dejarse llevar por el miedo.

19. Desconfiar de los elogios.

20. Comprometernos y ser fieles a nuestra palabra.

Como podemos ver, el estoicismo se presenta como una sana alternativa filosófica para interpretar el mundo que, a través de la libertad y la autarquía interior, hace del ser humano un sujeto independiente, pero al mismo tiempo responsable de la sociedad de la que forma parte indisoluble. Así, con sus postulados y su hermenéutica, esta filosofía nos invita a tener una vivencia más plena de nosotros mismos, de los demás y de la naturaleza, liberándonos con ello de los miedos, las frustraciones y los complejos que se nos adhieren por una mala comprensión de la vida en comunidad y que nos hacen vivir en una especie de conflicto permanente de todos contra todos. De este modo, con su ideal del ciudadano del mundo y su arquetipo del sabio, el estoicismo derriba las viejas murallas del egocentrismo cultural y nos impulsa a elevar nuestra mirada más allá de los desgastados baluartes de las diferencias raciales, religiosas o culturales. Una ascensión hasta la cima de nosotros mismos donde se intuye un origen común para todos los caminos.

Bibliografía consultada y recomendada

Bréhier, É.: La teoría de los incorporales en el estoicismo antiguo. Editorial Leviatán. 2011.

Crisipo de Solos: Testimonios y fragmentos. Editorial Gredos. Madrid, 2006.

Zenón et alii: Los estoicos antiguos. Editorial Gredos. Madrid, 1996.

Elorduy, E.: El estoicismo. Tomos I y II. Editorial Gredos. Madrid, 1972.

Gagin, F.: ¿Una ética en tiempos de crisis?: ensayos sobre estoicismo. Universidad del Valle. Santiago de Cali, 2003.

Hadot, P.: Ejercicios espirituales y filosofía antigua. Editorial Siruela. Madrid, 2006.

Musonio Rufo: Disertaciones y fragmentos menores. Editorial Gredos. Madrid, 1995.

Epicteto: Disertaciones por Arriano. Editorial Gredos. Madrid, 1993.

Pigliucci, M.: Cómo ser un estoico. Editorial Ariel. Barcelona, 2018.

Rist, J.M.: La filosofía estoica. Editorial Ariel. Barcelona, 2017.

Para saber más: https://www.revistaesfinge.com/filosofia/filosofos/item/1896-seneca-el-valor-del-tiempo

No te pierdas: https://centronaos.com/event/estoicismo-para-la-vida

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/la-filosofia-estoica-actual-y-practica/feed 0
Roma y Star Wars: El Imperio romano contraataca https://centronaos.com/roma-y-star-wars https://centronaos.com/roma-y-star-wars#respond Sat, 06 Jun 2020 18:01:37 +0000 https://centronaos.com/?p=2002 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»» type=»legacy»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»true» min_height=»» hover_type=»none» link=»» border_sizes_top=»» border_sizes_bottom=»» border_sizes_left=»» border_sizes_right=»» type=»1_1″ first=»true»][fusion_text]

De Roma a La Guerra de las Galaxias

Escrito por Sandra Parante

Mi mente romanizada hace muchos años en las aulas de una Facultad de Historia vio de forma nítida una batería de referencias a la historia clásica de la ciudad prometida a Eneas en aquellas películas conocidas como La guerra de las galaxias, y que en las precuelas (episodios I, II y III) se ve con más claridad, donde uno no puede evitar pensar en el final de la República romana y el principio del Imperio. Quizás el paralelismo –siempre estamos hablando a grandes rasgos– sea muy obvio, pues es parte de la trama principal de estas películas, pero en realidad es mucho más profundo de lo que aparenta a primera vista, porque al final, todos los caminos llevan a Roma.

Foro RomaLa primera guerra espacial y la mitología romana

Hace mucho tiempo, en un lugar no tan lejano, Luciano de Samósata rompía con el principio griego de la imitación de la naturaleza como fin esencial de las artes. En sus Relatos verídicos , un tifón conduce a una nave hasta la Luna y descubre, entre otras cosas, una guerra entre selenitas y solares. Estamos probablemente ante la primera guerra espacial de la historia y los cimientos de un género que prosperará con los años conocido como ciencia ficción.

Dos mil años después, George Lucas recogió el guante con gran éxito. La saga Star Wars , al igual que Relatos verídicos, nos ofrece explorar un mundo plenamente humano a pesar de que los acontecimientos se desarrollan en el espacio. Como cualquier relato épico contemporáneo, Star Wars bebe de muchas tradiciones.

La historia de Luke como héroe que desconoce sus orígenes y es iniciado por un maestro resulta muy conocida, y encontraríamos numerosos paralelismos; sin embargo, la historia de los gemelos Apolo y Diana, frente a la de los protagonistas Luke y Leia, llama particularmente la atención. Latona, la madre de Apolo y Diana, al igual que Padmé, tuvo que dar a luz escondida por la persecución de Juno, la esposa de Júpiter, celosa de las conquistas de su marido. Latona tuvo un alumbramiento doloroso que duró nueve días. Tras nacer los gemelos, estos fueron separados hasta la edad adulta.

El final de la República en la Guerra de las Galaxias y Roma

Desde el inicio del episodio I, la situación de crisis de la República parece clara. «La República Galáctica está sumida en el caos», dicen los títulos iniciales. La Federación de Comercio impone un bloqueo sobre el planeta Naboo –un territorio situado en la periferia de la galaxia– sin que la República sea capaz de gestionarlo, ya que el Senado «debate interminablemente», sin llegar a actuar de forma diligente. A la República Galáctica, corrompida en casi todos sus estamentos, le cuesta mantener el orden, sobre todo en el borde exterior, unos territorios a menudo más salvajes y bárbaros. Frente a las dificultades, se eleva la figura de un hombre que, poco a poco, acumula poderes delegados por el propio Senado para acabar erigiéndose como salvador de la República y convertido en emperador.

Roma también debía enfrentarse a algunos focos de resistencia, como los partos en Oriente o los piratas. Poseía unas amplias fronteras rodeadas de territorios salvajes. Sus instituciones estaban corrompidas hasta los cimientos y se vio sumida en una importante guerra civil de la que salió a flote con la elevación de un hombre que, poco a poco, sea por causa o consecuencia, fue acaparando poderes. Todo esto está muy simplificado, obviamente. En Palpatine podemos ver a Sila, Pompeyo, Julio César o Augusto.

El «Estatuto 312B» entra en escena en el episodio II ante la situación de guerra y gran inestabilidad de la República, el canciller Palpatine logra ganar la votación y con ello acumular poderes y prerrogativas. Me fue imposible no recordar la magistratura romana de la dictadura tras ver esa escena. Era una magistratura extraordinaria prevista en el orden constitucional, que se planteaba en momentos graves (guerras o disturbios). Entonces, uno de los cónsules nombraba un dictador con poderes extraordinarios para salvar la dificultad. No podía legislar y su duración era breve (seis meses, pudiendo renunciar antes). Se trataba, por lo tanto, de una suspensión del orden republicano para su propia protección. Algunos hombres fuertes como Sila o Julio César hicieron uso y abuso de esta institución.

Legión RomanaEn el caso de Julio César, es de sobra conocida la forma en la que aconteció su asesinato, a manos de algunos autoproclamados defensores de la República. De un mismo modo, Palpatine es víctima de un intento de asesinato por parte de los jedis , que pasan por encima del orden constitucional: «Tiene el control del Senado y de los tribunales, es demasiado peligroso para dejarle vivir», le dice Windu a Anakin. Bien es cierto que Palpatine resulta ser un sith y Julio César, no (aunque algunos probablemente lo vieran como tal). Palpatine sobrevive y Julio César muere, dando con ello el pistoletazo de salida para una nueva guerra civil.

Haciendo un rápido resumen, Octavio Augusto, tras ser nombrado heredero de César se enfrenta a sus enemigos al conseguir reunir un imponente ejército. Afianza su poder en Roma y tras cierto equilibrio de poderes consolida su situación en todo el Occidente romano al apartar de escena al triunviro Lépido. Queda entonces la sombra alargada del poder del tercer triunviro, Marco Antonio, al que pone en tela de juicio por su relación con Cleopatra, pues Antonio había repudiado a su hermana. El resto de la historia es conocida. Marco Antonio es declarado enemigo público por parte del Senado y derrotado.

Palpatine, en cierta medida, sigue un patrón similar. Crea el ejército clon en secreto, supuestamente en defensa de la República, aunque, al igual que Octavio, finalmente buscará obtener el ascenso personal. La alargada sombra de los jedis , de forma similar a la de Antonio, es reducida difamándolos y acusándolos de traición a la República. Marco Antonio fue derrotado en Accio, así como los jedis por la orden 66.

El Imperio: más allá de la eternidad

El Senado de Roma le otorgó a Octavio el título de Augusto y lo nombró Princeps , con la ficción de primus inter pares , el primero entre iguales, mientras Palpatine nos devuelve el paralelismo en un pleno del Senado, en el que proclama «el primer Imperio galáctico» del que se declara emperador. Al finalizar, se escucha una de las mejores frases de la saga en boca de Padmé: «Así es como muere la libertad, con un estruendoso aplauso».

Desde ese momento, llaman la atención las palabras de Palpatine. Durante el discurso en el que proclama el Imperio, el hasta entonces canciller asegura que este durará «más de diez mil años». Esta idea de pervivencia, claramente parece remitir al concepto romano de aeternitas y superar las barreras de la eternidad . Los romanos creían que a Roma le tocaba su propia edad, mil años según la profecía etrusca. Roma duraría mil años, Roma sería eterna.

Una vez en el poder, Palpatine se rodea de una guardia imperial. Esta guardia del emperador nos remite directamente a la guardia pretoriana romana, que fue formalmente creada por Augusto, el primer emperador, como escolta y protección a los emperadores romanos.

El borde exterior, el limes y los reinos clientes

El Imperio de Star Wars se extiende hasta los límites de la galaxia, y fuera de estos límites la vida se vuelve más salvaje. Hablábamos al principio de este artículo de las dificultades que experimentan ambas repúblicas en mantener estas fronteras y ahí, de nuevo, podríamos hacer otro símil, el de los limes o fronteras de Roma.
Así mismo, dentro de estos límites, encontramos en el Imperio galáctico, reyes fácticos que conviven con el poder imperial. Es el caso de Jabba el Hutt, cuyo ejemplo recuerda el de los reinos clientes de Roma. Estos reinos clientelares llegaron a ser importantes a la hora de entender el entramado defensivo del Imperio. Los soberanos de los Estados clientes eran oficialmente designados por el Senado como «reyes amigos y aliados del pueblo romano». En ese momento –si no la poseían ya– recibían la ciudadanía romana. Sus reinos no eran independientes pero sí autónomos, convirtiéndose, de facto, en Estados vasallos o protectorados romanos.

Volviendo a Jabba el Hutt, llaman la atención las características de su corte, de tipo oriental. Cantantes, esclavos, vinos, comida a raudales, rodean una corte exuberante en la que la vida es diversión y en la que, incluso, encontramos ejecuciones convertidas en espectáculo a manos de criaturas salvajes.

Costumbres: juegos, circo y esclavitud

Más allá de la política están las costumbres, donde podemos encontrar varios paralelismos. La primera de esas costumbres que aparece en Star Wars es la esclavitud, y en Roma era una institución perteneciente al derecho de gentes ( ius gentium ) y como tal su uso fue común a lo largo de la Antigüedad e incluso posteriormente entre diversos pueblos. En Star Wars tenemos el ejemplo concreto de Anakin y de su madre, ambos esclavos en una tienda de chatarra perteneciente a Watto. Anakin sería lo que comúnmente en época romana se denominaba como verna , un esclavo hijo de una esclava, nacido por lo tanto con esa condición. Poco importaba, en Roma, que el padre fuera un esclavo o un hombre libre, puesto que fuera del matrimonio, la regla absoluta era que el hijo seguía la condición de la madre, y para una mujer esclava no podía haber matrimonio. En la época clásica había que considerar el momento del parto, para establecer la condición jurídica del recién nacido y así saber si este nacía libre o esclavo.

Sin embargo, tanto Anakin como su madre alcanzan la libertad a lo largo de la saga y lo hacen de forma diferente. En el caso de Shmi Skywalker, tras alcanzar su hijo la manumisión, se queda al servicio de Watto, hasta que un granjero llamado Cliegg Lars aparece, la compra, la libera y se casa con ella. Ese tipo de relación también podía darse en Roma. Augusto permitió el matrimonio entre libres y esclavas con la excepción de los senadores. El registro epigráfico, de hecho, da fe de la existencia de ese tipo de unión a pesar de los tabús sociales que podrían haber entrañado. Incluso tenemos referencias de caballeros ( equites ) unidos en matrimonio con sus antiguas esclavas.

En cuanto a Anakin, consiguió su libertad tras una apuesta del maestro jedi Qui-Gon Jinn al ganar una carrera de vainas . En este caso, de nuevo, el paralelismo parece bastante obvio, pues la puesta en escena de la carrera de vainas tiene importantes reminiscencias de los ludi circenses. Los aurigas eran personas de origen humilde, siendo por lo general esclavos o libertos. Algunas veces podían ser liberados como premio al ganar una o varias carreras, aunque estaba prohibida la manumisión forzada por la aclamación popular.

Pero las referencias en cuanto al mundo de los juegos, no se detienen ahí. Así, en el episodio II, Padmé y Anakin son protagonistas en la arena de Geonosis –que recuerda en su factura al mismísimo anfiteatro Flavio– de lo que se asimila a una damnatio ad bestias . Esta forma de ejecución ya se realizaba muy anteriormente a su aparición en Roma. En Persia era muy utilizada y los etruscos, vecinos de Roma, de los cuales heredaron parte de su cultura, también la podrían haber usado. Al condenado se le podía atar a un poste o ser forzado a asumir el papel protagonista de un personaje mitológico descuartizado por una bestia. Las fieras eran excitadas por la servidumbre, que las encrespaban con muñecos, trapos o pinchos. Además de los leones, se utilizaban otros animales salvajes, como osos, tigres, leopardos, panteras o toros. Los condenados ad bestias estaban generalmente desarmados pero, en algunas ocasiones, podían defenderse. Así, algunos gladiadores, tal como revelan los motivos de algunos mosaicos, se enfrentaban a bestias estando armados. El espectáculo de Geonosis de Star Wars , tal como nos lo presenta Lucas, sería una versión intermedia entre ambas vertientes.

Encontramos más paralelismos, como el de los fastuosos trajes de Padmé como reina Amidala y las representaciones de la esposa de Justiniano, la emperatriz Teodora. Coruscant, un planeta cosmopolita y sobrepoblado como capital y centro de aquella galaxia muy lejana o las cúpulas Naboo y su parecido con el Panteón de Agripa. Probablemente, si quisiéramos seguir encontraríamos reminiscencias de muchas historias antes contadas, hace mucho tiempo, en un lugar lejano, al borde del Mare Nostrum , la cuna de la civilización.

Fuente: https://www.revistaesfinge.com/arte

No te pierdas: https://centronaos.com/events

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/roma-y-star-wars/feed 0
La ética en medicina hasta la actualidad https://centronaos.com/la-etica-en-medicina-hasta-la-actualidad https://centronaos.com/la-etica-en-medicina-hasta-la-actualidad#respond Sat, 06 Jun 2020 16:26:16 +0000 https://centronaos.com/?p=1994 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»no» min_height=»» hover_type=»none» link=»»][fusion_text]

 

La ética médica en la historia hasta la actualidad. Por Antonio Alzina

La asistencia médica a los enfermos es un acto esencialmente humano con una dimensión ética. Un buscador en la deontología médica, P. Peiro, nos dice: “No se puede vivir sin una regla moral a la cual estén sometidas nuestras acciones“.

Ética en la medicina

El médico en ejercicio deberá tomar decisiones que pueden llegar a influir sobre la libertad o la vida humana. Deberá resolver problemas que no dependen solamente de sus conocimientos científicos, sino de sus creencias y de sus convicciones humanistas. La conciencia de nuestros propios límites, el respeto por la dignidad humana, la capacidad de ponerse en el lugar del paciente, por ejemplo, van a influir de forma evidente en la asistencia médica. Así sensibilizado con el aspecto humano de la enfermedad, el médico puede comprender que está en presencia de un ser completo que sufre y que tiene necesidad de la ciencia.

Existe una ética general y una ética específica de la medicina cuyos orígenes se confunden. La historia de la ética médica es la historia de los ideales profesionales y de los valores asociados que influyen en la función del médico. Estos ideales éticos fueron desarrollados y codificados en cada época por los médicos más renombrados, y constituyeron las normas que se imponían los practicantes. Desde el alba de la Humanidad, ha habido una imbricación entre religión y medicina. No es, pues, sorprendente que la ética religiosa tenga un sitio particular en la deontología médica. Asimismo, en otras épocas, los médicos han descubierto la aplicación médica y social de los ideales enseñados por filósofos y pensadores: los pitagóricos, los estoicos y otros.

La deontología ha variado en función de las épocas históricas y de las situaciones sociales de la Humanidad. Ante estas fluctuaciones, el hombre ha tratado de establecer una deontología permanente.

Demos un vistazo a la historia de la deontología y a su evolución ante los grandes problemas de ayer, de hoy y de mañana. No podemos precisar el momento en que surge la deontología médica, porque nos encontramos en presencia de un proceso continuo en relación directa con la evolución del género humano. La evolución de la deontología médica está marcada, principalmente, por una serie de códigos médicos históricos, que son no solamente códigos deontológico propiamente dichos, sino textos presentados bajo forma de reglas y de preceptos.

Código de Hammurabi

En Mesopotamia, bajo el reinado de Ur Nammu (2050 a. C.) se dictaron una serie de reglas médico-legales, consideradas por algunos autores como el primer código deontológico conocido de la Humanidad. Este código ha sido reencontrado en Susa, inscrito en 21 columnas. Uno de los bajorrelieves nos muestra al rey de Babilonia recibiendo unas normas de manos del rey sol.

El Código de Hammurabi, primer reglamento jurídico regidor del acto médico, contiene alusiones claras en cuanto a los honorarios médicos, así como a las sanciones previstas en caso de errores terapéuticos. En general, este código trata de la relación entre los médicos, los pacientes y la sociedad.

Consejos de Esculapio

Menos conocidos que el juramento de Hipócrates, los “consejos de Esculapio”, destinados a los estudiantes de medicina, constituyen un texto magnífico sobre las bases y las motivaciones de la profesión médica. Se revisan detalladamente los deberes, así como los sacrificios y las satisfacciones que implica el ejercicio de la medicina. Es un conjunto deontológico que difícilmente se puede sobrepasar. He aquí algunos puntos:

“¿Deseas ser médico, hijo mío? Esta aspiración es la de un alma generosa, la de un espíritu ávido de ciencia. ¿Has pensado bien lo que será tu vida? Deberás renunciar a tu vida privada.

Mientras que la mayoría de tus conciudadanos, una vez cumplidas sus tareas, pueden aislarse, lejos de los inoportunos, tu puerta deberá estar siempre abierta para todos.

Si amas la verdad, deberás callarla, sin embargo. Deberás ocultar a algunos pacientes la gravedad de su mal; porque esta verdad podría herirles. No pretendas enriquecerte con esta actividad. Te lo he dicho: es un sacerdocio y no sería decente que obtengas ganancias tan importantes como las de un comerciante de aceite o un comerciante de lanas.

Estarás solo cuando estés triste, solo cuando estudies, solo rodeado del egoísmo humano.

Si estimas el hecho de ser pagado con el alivio de una madre, con la sonrisa de aquel que ya no sufre, entonces… hazte médico, hijo mío”.

Ética médica en la Antigüedad: El juramento de Hipócrates

Hippocrates pushkin02.jpg por shakko https://commons.wikimedia.org/wiki/User:Shakko tiene licencia CC BY-SA 3.0 https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.es
La afirmación “A excepción de las fuerzas ciegas de la Naturaleza, todo lo que vive o muere viene de Grecia” es aplicable, en parte, a la deontología médica. La concepción griega de la práctica médica ha dominado durante la Antigüedad en el Mediterráneo. La doctrina que toma su impulso en la costa oeste del Asia Menor y que, a continuación, se extenderá a todo el mundo griego, hunde sus numerosas raíces también en la civilización minoica, en la asirio-babilónica y en la civilización egipcia (es de esta última, según L. Entralgo, de donde surgirá la deontología griega). Por otra parte, no olvidemos que los personajes que conocemos no son sino representantes de un sistema que se extiende tanto en el espacio como en el tiempo, y que es el resultado de siglos de búsquedas protagonizadas por los filósofos jónicos e italo-griegos del siglo VI a. C., hasta la muerte de Galeno a fines del siglo II d. C.

Como escribió W. Jaeger en su Paideia, los siglos VI y V a. C. constituyen, desde el punto de vista de la ética y de la aplicación social de la medicina, un momento extraordinario de la Historia. El médico de tendencia hipocrática ejerce según ciertos principios éticos, basados en su amor por la ciencia y por la Humanidad. “Allí donde hay amor por el hombre, hay amor por la ciencia” (Preceptos, 6).

Los textos de contenido ético más evidente son el “Juramento”, “Los preceptos”, “Del médico” y “De la decencia”.

El Juramento será el texto más extendido del Corpus Hipocraticum, desde la Constantinopla del siglo X (punto culminante del humanismo bizantino) hasta la Venecia del siglo XIV (primera edición impresa del texto), desde la bula Quod jusicurandum (1531) del papa Clemente VII, hasta la Asociación Médica Mundial (1948). Todas las normas deontológicas que encontramos en este texto tienen una base y un objetivo común: ayudar al enfermo y proteger su integridad personal. El hecho de que estos principios sean formulados en unas normas generales refleja, por otra parte, un elemento propio de la medicina antigua: “La convicción de que el médico y el paciente son seres de igual valor, que su relación es decisiva para el ejercicio de la medicina y que en esta relación, el interés del enfermo es lo más importante”.

El principio de “actuar a favor y no en perjuicio de” expresa claramente la filosofía médica hipocrática, que se esfuerza por el arte de restablecer la salud. He aquí una actitud profesional y ética fundamental que se encuentra en todos los autores del Corpus Hipocraticum.

En el texto encontramos dos partes: la primera se refiere al comportamiento deontológico de la medicina, y la otra, a las obligaciones (no legales, sino de compromiso privado) que contrae con su maestro y la familia de su maestro. Algunos ven en estas últimas obligaciones una intención utilitaria, basada en intereses económicos y sociales por parte del que enseña. Creemos que esto debe ser interpretado, más bien, como la relación Maestro-Discípulo, como dice Edelstein, “una paternidad espiritual del maestro hacia su discípulo”.

La referencia a la adquisición de virtudes como la pureza, la santidad y la justicia, expresa toda una ética de vida del médico. Esta concepción no admite la existencia paradójica de una doble moralidad, una privada y otra profesional, porque, como dice el texto: “mi vida es mi arte”.

Otros escritos del Corpus Hipocraticum abordan también el tema de la deontología. Un texto que pertenece a un grupo de obras tardías, “Del médico”, comienza por dar algunos consejos claros sobre la necesidad de unificar el comportamiento deontológico con el aspecto estético del médico.

Prueba de esto es el texto “Prestancia del médico”, según el cual el médico debe ser respetable, perfumado con ungüentos de buen aroma, “de aspecto aseado” y, en fin, “muy ordenado en su vida, porque esto tiene buenos efectos sobre su reputación; que su carácter sea el de una persona de bien, seria y afectuosa hacia todos”.

Del mismo modo, en el tratado “De la decencia”, volvemos a encontrar la cuestión de la imagen ideal del médico. Aunque hayan recibido honorarios por la práctica médica y la enseñanza, los médicos hipocráticos insisten mucho en el rechazo del deseo de posesión y del ánimo de lucro.

Desgraciadamente, hoy podemos constatar que un buen número de las enseñanzas hipocráticas siguen siendo teóricas: desde la aceptación de los límites de nuestras posibilidades hasta el principio de “actuar a favor y no en perjuicio”, o la concepción holística del ser humano.

Ética en la Alta Edad Media: El sermón deontológico de Asaph

Asaph Ben Berachiach (siglo VI d. C.), discípulo judío de Hipócrates, ha respetado su juramento moral. Su código ha sido largamente expandido en las escuelas médicas de Alejandría y de Palestina. Asaph consideraba la medicina como un sacerdocio y una religión. Creó una escuela en la que, para entrar como discípulo, era necesario responder a unos criterios, entre los cuales los de orden moral eran los más importantes. Su juramento presenta gran semejanza con el de Hipócrates.

Este código deontológico se imponía a los discípulos como complemento ideológico de su formación, para transmitirles normas morales elevadas e inspiradoras de la acción médica.

Botica medievalCódigos medievales

Con la caída del Imperio romano, la medicina se separa en dos ramas: la del árabe, con su eclosión científica y cultural, y la de los monasterios de la Edad Media. Las dos ramas terminarán por converger cinco siglos más tarde en Salerno. Allí tendrá lugar una reestructuración de la medicina, tanto desde el punto de vista de los conocimientos y del tipo de enseñanza como desde el punto de vista del comportamiento del médico en su profesión (enseñar gratuitamente a los pobres, no enseñar nada erróneo, no administrar malos medicamentos, aportar ayuda a su escuela, etc.).

Los monasterios han tenido un papel decisivo en la conservación del conocimiento y han aportado una contribución importante al aspecto humanitario.

El cristianismo transforma la concepción de la ética médica. Tanto el médico como el enfermo deben seguir en su vida un modelo de moralidad muy clara: las enseñanzas religiosas.

En el curso de la Edad Media, la evolución de la ética profesional médica está unida a la tradición cristiana, judía o islámica.

El código deontológico de Lafranc y Arnaldo de Vilanova ilustra cómo la ética médica occidental de la Edad Media estaba netamente influenciada por la religión cristiana. Las normas de carácter religioso y su sentido cristiano obligaban moralmente al médico a ayudar a los pobres gratuitamente, de lo cual, ocasionalmente, debía hacer juramento.

En la época medieval, el cristianismo no oculta el juramento de Hipócrates. Al contrario, después de eliminar las invocaciones a los dioses griegos, este juramento permanece entre los médicos cristianos como un código trascendental.

En el mundo islámico, además de la influencia de la estructura social y económica y de la tendencia a un conocimiento más técnico, la vida religiosa y los preceptos del Corán constituyen la base de los principios éticos.

Mahoma habría dicho: “La primera de las ciencias es la teología, el cuidado del alma; y la segunda, la medicina, el cuidado del cuerpo”.

El principal responsable de la creación de hospitales, Haroun al Rashid, decreta en 1876 la construcción de centros de atención y de hospitales alrededor de toda nueva mezquita, porque esta es la actitud caritativa para con los enfermos prescrita por el Corán. Estas indicaciones, más la adaptación del juramento de Hipócrates a la fe islámica, hacen que los médicos árabes apliquen una técnica exigente.

“La oración del médico” de Maimónides (Moshé ben Maimón Rambam), redactada en la baja Edad Media, es una oración en la cual el médico pide la inspiración necesaria para cumplir su misión de forma digna y correcta. Pide inspiración para amar su arte, para preservarlo del cebo de la ganancia, de la ambición y de la gloria, que empañan la práctica médica. Pide estar siempre presto y entusiasta para ayudar a los enfermos, para que ningún pensamiento extraño desvíe su atención y pueda “reconocer la enfermedad”.

Uno de los primeros tratados de ética médica del mundo árabe es el Ishag Ibn Ali Al Ruhawi, y se titula “Ética práctica de los médicos” (Adab al Tabib). Deja entrever su esfuerzo para descubrir la vía real del acto médico, más allá de los conflictos con las normas culturales de los ideales filosóficos griegos y los profetas islámicos.

Contemporáneo de Al Ruhawi, Isaac Israelí ejerce como médico en Egipto y en Túnez. Sus trabajos han sido traducidos a varias lenguas y utilizados por los médicos medievales. Conservamos el “Libro de las exhortaciones a los médicos”, que explica de una forma similar a la moderna los preceptos relativos al crecimiento, y las necesidades y las respuestas que es necesario aportar al paciente. Se trata de un código en parte religioso (los deberes en atención a Dios), en parte moral y en parte legal. En esta época, la religión, la moral y la ley, que hoy están netamente separadas, estaban íntimamente unidas entre sí.

Estos textos y otros como “El libro del médico espiritual” de Al Razi, han constituido la base ética de la época y han tenido influencias en diferentes lugares y tiempos. El mundo musulmán ha sido un gran motor para la medicina medieval europea.

Del siglo XV al XVIII

El Renacimiento ha constituido un nuevo nacimiento de la cultura clásica griega y romana, así como una tentativa del pensamiento humano para escapar de los límites impuestos por la Iglesia y el Estado, a fin de poder experimentar, observar y deducir sin prejuicios ni dogmas, en concordancia entre la religión y las nuevas tendencias seculares.

Pese a que en 1750 aún domina la regla según la cual “el médico debía ser cristiano” y el primer acto oficial de los nuevos médicos parisienses era una visita colectiva a la catedral de Notre Dame, donde prestaban juramento de defender la religión católica, es evidente que del siglo XV al XVIII se produce una secularización, lenta pero progresiva.

Aquí hay un paso a la moral filantrópica. Este fenómeno, asociado al poderío creciente del poder civil y a las transformaciones de la vida social, permite el desarrollo de una medicina legal y del derecho médico, que conocerá mayores progresos en el siglo XIX. La codificación de las obligaciones profesionales y sanitarias plantea cuestiones de orden médico-legal y la aplicación de la deontología.

El Código de Percival en el siglo XIX

A principios del siglo XIX aparece el Código de Percival, que constituye el primer código de la etapa moderna de la historia de la deontología médica.

La separación entre deberes religiosos y civiles, prudente al comienzo, se volverá neta y decidida en los siglos XVIII y XIX. A partir de este momento, aparecen dos comportamientos éticos dentro de la práctica médica: el médico religioso y el secular. Este último y su voluntad de dar un fundamento racional a la moral médica, suplantarán poco a poco a la medicina religiosa.

El proceso de secularización, que pone en juicio ciertos aspectos de la existencia, tendrá influencia sobre el mismo acto médico.

En 1803, T. Percival (miembro del Manchester Royal Infirmary) edita su “Ética médica”. Explica, de forma simple, cómo debe comportarse el médico con sus colegas, y cómo, a través de unas normas, puede mejorar la idea de servicio ofrecido al paciente y a la sociedad. En verdad, este código es una guía práctica para resolver problemas y situaciones concretas, tanto en el terreno hospitalario como en el privado; aborda igualmente la legislación y las relaciones con los farmacéuticos. El código ético de la American Medical Association, (1847) se inspira muchísimo en él.

Ética médica Prueba médicaEl siglo XX

El siglo XX vivirá un proceso técnico-científico, con unos problemas y situaciones que se convierten en otros tantos dilemas graves desde el punto de vista ético, y que han sacudido una deontología médica carente de bases filosóficas y morales.

Como ejemplos, podemos citar:

La enorme carga financiera de la asistencia médica, que recae sobre el enfermo o sobre la compañía aseguradora.
La gran eficacia de algunos tratamientos actuales y el peligro evidente que esto representa.
El riesgo y la precisión de ciertas técnicas exploratorias, como, por ejemplo, la psicoterapia y el diagnóstico de muerte real.
El papel social de la medicina, que desemboca en presiones diversas ejercidas por el Estado sobre el médico.
El universalismo, porque los problemas ético-médicos desbordan los límites de la conciencia del médico y las fronteras entre países.
El desarrollo en poco tiempo de la salud pública y de la higiene social, las conquistas de la bioestática, la complejidad de la medicina militar, la necesidad imperiosa de trabajar en equipo, el desarrollo de la medicina legal y de la experiencia médico-legal, la desaparición del médico en tanto que “dios social”, el fenómeno de la despersonalización del médico, que hace que la confianza del paciente se vuelque mucho más sobre los medicamentos que sobre el médico que se los administra, el crecimiento de la crítica social hacia el acto médico…
La colectivización de la medicina en ciertos países europeos, que conlleva sus peligros (independientemente de sus éxitos, como la eliminación de la discriminación en la asistencia médica), tales como la afluencia en masa de enfermos a los consultorios, la dificultad de las relaciones médico-paciente si este último no escoge al médico, la conversión del médico en funcionario, la necesidad de crecientes financieros para una buena asistencia médica, etc.
El médico, que antaño era el único juez de su decisión, debe ahora aproximarse a su paciente, quien participa de todo el proceso de la enfermedad, del diagnóstico e, incluso, de la decisión relativa a su propia muerte.
Los extraordinarios progresos técnicos y científicos: la ingeniería genética, los trasplantes, los bancos de esperma, etc.
Hemos visto cómo los griegos supieron conjugar el interés hacia el desarrollo técnico y las normas éticas de la profesión. Es indispensable –y hoy, más que nunca, nos damos cuenta de ello– la existencia de un equilibrio perfecto entre la ética y la ciencia. “La ética no debe quedarse a la zaga del avance científico, sino que debe preceder a toda ciencia”.

El progreso científico y tecnológico, las posibilidades de acción sobre el enfermo y la de mantener la vida o la de provocar la muerte nos hacen más conscientes de la necesidad de unas normas éticas claras acerca de lo que es lícito o ilícito, acerca de los límites de nuestra libertad de acción. Esta necesidad se destaca tanto más cuando, como ocurre en la actualidad, la ciencia y la técnica progresan más rápido que el establecimiento de una legislación apropiada, planteándose nuevos problemas inimaginables hace tan solo algunos años. El especial trabajo del médico y su posibilidad de una influencia decisiva sobre el ser humano y la sociedad han exigido siempre una elevada categoría moral, que se ha apoyado en códigos médicos y aún menos en leyes que reglamenten su conducta.

La segunda mitad del siglo XX dio nacimiento a unos códigos y declaraciones confeccionadas con objeto de responder a este requisito de normas claras en lo ético y moral. La ética, que durante un tiempo había sido relegada a una parte ínfima a causa del impulso irresistible de la tecnología, es más que nunca necesaria. Las muchas reuniones médicas nacionales e internacionales se han hecho eco de esta necesidad.

En la actualidad algunos consideran que el “Juramento hipocrático” está desfasado, aunque ha sido difícil mejorarlo o reemplazarlo. La Declaración de Ginebra, que traduce en lenguaje moderno el trasfondo del juramento griego, ha sido adoptada por la O.M.S. en 1848. Y en 1949, la 3.ª Asamblea de la Asociación Médica Mundial ha adoptado su Código Internacional de Ética Médica, dividido en tres vertientes: los deberes de los médicos entre ellos, los deberes de los médicos en general y los deberes de los médicos hacia el paciente. Seguidamente vendrían otras declaraciones que incidirían sobre problemas nuevos de urgente consideración.

Estas son las principales:

Declaración de Sydney (1968).
Declaración de Oslo (1970).
Declaración de Helsinki (1964).
Declaración de Hawai (1954).
El problema de la incertidumbre ética
Las declaraciones de Percival han resuelto algunos problemas éticos en nuestros días; sin embargo, en vista de la rapidez del progreso científico, son insuficientes. La avalancha de situaciones y de dilemas éticos derivados de las investigaciones de las últimas décadas ha sorprendido al legislador, que va con más lentitud. He aquí algunos ejemplos: secreto médico e información, práctica de la terapia de la hipnosis y de la sofrología, interrupción voluntaria del embarazo o el derecho a la vida, la investigación clínica, el perjuicio terapéutico, la ética y la industria farmacéutica, la mala práctica y la negligencia, la huelga de médicos y el sindicalismo, le ética en tiempos de guerra, le ética de la formación profesional, la inseminación artificial, la eutanasia, la informática y la deontología, la especialización, los bancos de órganos y de esperma, la adopción prenatal, la inducción del sexo, la prospección genética o la búsqueda de grupos humanos de un tipo particular, la utilización de productos farmacológicos capaces de modificar el comportamiento humano, el eugenismo, la producción de microbios…

“En lugar de resolver los problemas del mundo, la ambición científica a veces parece divertirse en crear otros nuevos”, nos dice Duellwe. Las últimas investigaciones han desbordado la máquina legislativa, de manera tal, lenta y pesada, que no existen leyes para encuadrarlas. “¿La ciencia se nos está escapando de las manos?”, se pregunta H. Componer. El hombre se encuentra en una peligrosa situación: como Prometeo, ha traído el fuego del cielo, y este fuego puede hacerle mucho bien, pero puede destruirle igualmente.

Van Deussselaer nos habla del “conocimiento peligroso” y lo define como “el conocimiento que se ha acumulado mucho más rápidamente que la sabiduría para utilizarlo”.

Hemos llegado a un punto en que se hace difícil juzgar si el proceso científico y tecnológico es bueno o es malo. Se hace cada vez más marcado el divorcio entre el poder de la ciencia y los principios que permiten aplicar la misma de una manera sensata.

Frente a estos problemas éticos, comprendemos que nuestra dificultad se debe a una falta del conocimiento adecuado de los factores profundos que rigen el proceso social e individual.

Aquellas religiones y filosofías que orientan con conciencia ética, nos llevan a preguntarnos si es posible la existencia de una ética médica universal o natural. Se trataría de una deontología respetuosa de la naturaleza humana y aceptada por todos los hombres de buena voluntad. Una ética que pueda aplicarse a cualquier situación histórica o social.

El médico debe poseer una claridad de espíritu suficiente como para dictarle su conducta y permitirle cumplir con su deber, evitándole la confusión y la incertidumbre éticas. Estos principios, como afirmaba Horacio, “permiten a la ciencia engendrar la virtud.”

“Cualquiera que sea el medio en el que ejerza el médico, su objetivo será siempre el mismo: ayudar al paciente. Los principios de la ética médica continuarán sirviéndole de guía para determinar lo que mejor le conviene al paciente, a sí mismo y a su profesión.”
(Dwight C. Wilbur, Asociación Médica Americana)

Debe haber pues, unas normas atemporales, unas responsabilidades concretas inherentes a la decencia médica, una expresión de ética constante, más allá de la situación socio-histórica.

La medicina es algo más que la conjugación de conocimientos y de actividades. La medicina es ciencia; es economía y política; es arte en el sentido hipocrático; es ética y religión: cuatro motores que lo ponen en movimiento y le dan su auténtico valor. La deontología ha de reunir, en consecuencia, estos hitos esenciales para ser asimismo un valor atemporal.

Dr. Antonio Alzina
Doctor en Medicina

Fuente: https://biblioteca.acropolis.org/

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/la-etica-en-medicina-hasta-la-actualidad/feed 0
El Monte Gibralfaro: Lugares mágicos de Málaga https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga#respond Thu, 04 Jun 2020 16:27:51 +0000 https://centronaos.com/?p=1983 [fusion_builder_container hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» menu_anchor=»» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» class=»» id=»» background_color=»» background_image=»» background_position=»center center» background_repeat=»no-repeat» fade=»no» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ video_mp4=»» video_webm=»» video_ogv=»» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_loop=»yes» video_mute=»yes» overlay_color=»» video_preview_image=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»» padding_bottom=»» padding_left=»» padding_right=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ layout=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» border_position=»all» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding_top=»» padding_right=»» padding_bottom=»» padding_left=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»small-visibility,medium-visibility,large-visibility» center_content=»no» last=»no» min_height=»» hover_type=»none» link=»»][fusion_text]

Monte Gibralfaro

Monte Gibralfaro

En este artículo hablaremos del Monte Gibralfaro, uno de los lugares más representativos de Málaga. Reconocida como paso natural hacia África, Málaga ha sido a lo largo de su historia punto de encuentro y de intercambio de culturas. Y si queremos buscar el “ombligo” telúrico y ancestral de la ciudad de Málaga, hemos de mirar hacia su Monte Gibralfaro, cuyo perfil coronado con el Castillo y la Alcazaba son la principal característica de la ciudad.

El primer asentamiento humano de importancia, Malaka, fundada por los fenicios, estuvo emplazado a los pies del monte Gibralfaro, en el espacio que hoy ocupa la Alcazaba, el mismo espacio que luego ocuparon los romanos y más tarde los árabes. La zona principal se concentraría junto al puerto, situado en la esquina occidental del actual Palacio de la Aduana, junto a la Alcazaba y Puerta Oscura, pues el mar, que hoy se encuentra tan alejado, separado por el puesto y el amplio Paseo del Parque, lamía entonces la parte baja de los actuales jardines.

Los romanos ocuparon y utilizaron la ciudad ya existente, añadiéndole algunos edificios públicos y una muralla defensiva exterior al muro fenicio. La ladera sur, con su frente marítimo dedicado a las actividades portuarias, estaba ocupada por lujosas villas.


Pero los edificios públicos y religiosos (termas, teatro, templos…) formarían parte de una ordenación dispuesta en terrazas escalonadas sobre la ladera noroccidental del monte Gibralfaro. Al pie de la colina se han encontrado los restos arqueológicos de importantes edificios públicos, entre los que destaca el teatro romano, descubierto en 1951 en las proximidades de la calle Alcazabilla, y construido en tiempos de Augusto. Frente al teatro, bajo cimientos recientemente construidos, se encuentran los restos de las Termas, que parecen extenderse bajo los jardines de Ibn Gabirol.

Vistas Monte Gibralfaro
En esta misma ladera, por encima de la ciudad, se encontraba la necrópolis, que siguió siendo lugar de enterramiento para los árabes. Y en la cima se encontrarían los templos más importantes, cuya ausencia física debemos achacar a la tradicional reutilización de los lugares sagrados en la superposición de sucesivas culturas. En numerosas fuentes árabes el nombre de Gibralfaro aparece muy citado en relación con una rábita o monasterio que hubo en su cima y con el gran cementerio existente en su ladera noroeste.

Y 2000 años más tarde de la fundación de Malaka, cuando en tiempos de Yusuf I (que reinó desde 1.333 a 1.354) se construyó el castillo por la necesidad de proteger a la ciudad del ataque de los cañones, la presencia de una mezquita en el interior de la fortaleza aún conservaba el carácter sagrado de este espacio privilegiado. Sobre esta misma mezquita fue edificada una iglesia cuando la ciudad fue conquistada por los Reyes Católicos, pero a partir de este momento el uso militar del cerro fue dominando sobre el uso sagrado, y la antigua Acrópolis dejó de existir definitivamente con el abandono de la iglesia cristiana.

Para más información: http://www.malagaturismo.com/es/recursos-turisticos/detalle/castillo-de-gibralfaro/12

[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

]]>
https://centronaos.com/el-monte-gibralfaro-lugares-magicos-de-malaga/feed 0