{"id":2047,"date":"2020-06-13T16:40:45","date_gmt":"2020-06-13T16:40:45","guid":{"rendered":"https:\/\/centronaos.com\/?p=2047"},"modified":"2020-06-13T16:40:45","modified_gmt":"2020-06-13T16:40:45","slug":"la-filosofia-estoica-actual-y-practica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/centronaos.com\/la-filosofia-estoica-actual-y-practica","title":{"rendered":"La filosof\u00eda estoica, actual y pr\u00e1ctica"},"content":{"rendered":"

[fusion_builder_container hundred_percent=\u00bbno\u00bb equal_height_columns=\u00bbno\u00bb menu_anchor=\u00bb\u00bb hide_on_mobile=\u00bbsmall-visibility,medium-visibility,large-visibility\u00bb class=\u00bb\u00bb id=\u00bb\u00bb background_color=\u00bb\u00bb background_image=\u00bb\u00bb background_position=\u00bbcenter center\u00bb background_repeat=\u00bbno-repeat\u00bb fade=\u00bbno\u00bb background_parallax=\u00bbnone\u00bb parallax_speed=\u00bb0.3″ video_mp4=\u00bb\u00bb video_webm=\u00bb\u00bb video_ogv=\u00bb\u00bb video_url=\u00bb\u00bb video_aspect_ratio=\u00bb16:9″ video_loop=\u00bbyes\u00bb video_mute=\u00bbyes\u00bb overlay_color=\u00bb\u00bb video_preview_image=\u00bb\u00bb border_size=\u00bb\u00bb border_color=\u00bb\u00bb border_style=\u00bbsolid\u00bb padding_top=\u00bb\u00bb padding_bottom=\u00bb\u00bb padding_left=\u00bb\u00bb padding_right=\u00bb\u00bb][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=\u00bb1_1″ layout=\u00bb1_1″ background_position=\u00bbleft top\u00bb background_color=\u00bb\u00bb border_size=\u00bb\u00bb border_color=\u00bb\u00bb border_style=\u00bbsolid\u00bb border_position=\u00bball\u00bb spacing=\u00bbyes\u00bb background_image=\u00bb\u00bb background_repeat=\u00bbno-repeat\u00bb padding_top=\u00bb\u00bb padding_right=\u00bb\u00bb padding_bottom=\u00bb\u00bb padding_left=\u00bb\u00bb margin_top=\u00bb0px\u00bb margin_bottom=\u00bb0px\u00bb class=\u00bb\u00bb id=\u00bb\u00bb animation_type=\u00bb\u00bb animation_speed=\u00bb0.3″ animation_direction=\u00bbleft\u00bb hide_on_mobile=\u00bbsmall-visibility,medium-visibility,large-visibility\u00bb center_content=\u00bbno\u00bb last=\u00bbno\u00bb min_height=\u00bb\u00bb hover_type=\u00bbnone\u00bb link=\u00bb\u00bb][fusion_text]<\/p>\n

Escrito por Juan Manuel de Farami\u00f1\u00e1n Fern\u00e1ndez-F\u00edgares<\/em><\/p>\n

Aunque la filosof\u00eda estoica est\u00e1 dividida en varias etapas, existen una serie de elementos comunes que aportan unidad al conjunto de esta filosof\u00eda dentro de los casi seis siglos de desarrollo que experimenta.<\/p>\n

Se debe tener en cuenta que el estoicismo es, en cierto modo, el heredero de la decadencia griega, de una \u00e9poca de profundos cambios sociales y pol\u00edticos que coinciden con la irrupci\u00f3n del Imperio macedonio y, sobre todo, con la muerte de Alejandro Magno, acaecida en torno al a\u00f1o 323 a. C. No se trata, sin embargo, de un periodo negativo en sentido lato, sino de un gozne hist\u00f3rico en el que se produce el paso de una forma de entender al mundo y el ser humano, apoyada en la estructura organizativa de la ciudad-Estado y el \u00e1gora, a otra en la que las fronteras identitarias se pierden y difuminan en el complejo crisol cultural del acervo helen\u00edstico.<\/p>\n

Ante este panorama, el espacio p\u00fablico, antiguo origen y acicate de la filosof\u00eda, se torna insuficiente para resolver los nuevos interrogantes que la inestabilidad y diversidad pol\u00edtica generan en la ciudadan\u00eda. De ah\u00ed que, de la mano de las nuevas necesidades sociales, surjan otras v\u00edas de reflexi\u00f3n y desarrollo humano, modelos de pensamiento actualizados y acordes a las nuevas perspectivas hist\u00f3ricas. Tal es el caso de la escuela que nos ocupa, el estoicismo, una filosof\u00eda para tiempos de crisis que, ante la p\u00e9rdida de valores e identidad propia de los momentos de cambio, invita al ser humano a mirar hacia dentro y a reencontrarse con su naturaleza universal a trav\u00e9s de s\u00ed mismo.<\/p>\n

El panorama filos\u00f3fico que acompa\u00f1a al estoicismo en su alumbramiento es, por otro lado, tremendamente heterog\u00e9neo, pues, aunque en el siglo III a. C. el f\u00e9rtil legado socr\u00e1tico tambi\u00e9n se hallaba en un claro estado de debilitamiento, el amplio abanico de escuelas que surgen gracias a \u00e9l (la Academia, el Liceo, la escuela meg\u00e1rica, la cirenaica, los c\u00ednicos\u2026) sirven de sustrato a la filosof\u00eda estoica o \u00abzenoniana\u00bb (primer nombre con el que se la conocer\u00e1 en honor a Zen\u00f3n de Citio, su primer fundador). Tambi\u00e9n persisten en la \u00e9poca algunos vestigios de las m\u00e1s viejas filosof\u00edas \u00abpresocr\u00e1ticas\u00bb, como las escuelas de Pit\u00e1goras, de Her\u00e1clito o de Parm\u00e9nides, y la influencia de las \u00abnuevas\u00bb tradiciones orientales, que comienzan a abrirse camino en Occidente gracias al comercio y las migraciones. Por todo ello, la escuela estoica no solo se alimenta de la filosof\u00eda del momento, sino que bebe de tres de las grandes tradiciones de la \u00e9poca: la tradici\u00f3n semita-cananea y su concepci\u00f3n moral, la socr\u00e1tica-plat\u00f3nica y aristot\u00e9lica con su caracter\u00edstica l\u00f3gica y dial\u00e9ctica, que hacen del logos humano un reflejo del logos universal, y la f\u00edsica de Her\u00e1clito, de la que toma Zen\u00f3n toda la cosmovisi\u00f3n pante\u00edsta de su filosof\u00eda y su percepci\u00f3n \u00edgnea de los ciclos hist\u00f3ricos.<\/p>\n

Fundamentos de la filosof\u00eda estoica<\/h2>\n

\"Acr\u00f3polisZen\u00f3n y el estoicismo<\/h3>\n

En cualquier caso, de todas estas influencias cabe destacar la aportaci\u00f3n que, dentro de la tradici\u00f3n socr\u00e1tica, hace la escuela c\u00ednica al estoicismo, pues es ella quien imprime ese car\u00e1cter virtuoso a la filosof\u00eda de Zen\u00f3n que lo lleva a buscar siempre un modelo de conducta que sea riguroso y que le permita alcanzar la autarqu\u00eda o absoluta independencia de todo lo exterior. Al igual que los c\u00ednicos, los estoicos son naturalistas, es decir, buscan la frugalidad y el desapego viviendo de acuerdo con la naturaleza y despertando un profundo amor a la vida. Esta perspectiva, unida a una fuerte convicci\u00f3n de que todo cuanto acontece es causa, a su vez, de una causa ulterior y necesaria, lleva a los estoicos a desarrollar una absoluta confianza en \u00ablo prove\u00eddo\u00bb, es decir, a pensar que solo corresponde al ser humano decidir c\u00f3mo se quiere actuar ante las cosas que le han sido \u00abdadas\u00bb. Alrededor de esta concepci\u00f3n del mundo heredada de Her\u00e1clito y del amor fati o amor al destino propio de los c\u00ednicos, Zen\u00f3n desarrolla tres de los grandes temas del estoicismo:<\/p>\n

* Dios y el cosmos son una misma cosa (pante\u00edsmo). El espacio y el tiempo son las dimensiones mismas de la divinidad en el interior de las cuales los seres desarrollan su existencia.<\/p>\n

* La presencia de Dios se traduce en armon\u00eda y simpat\u00eda universal. La presencia temporal de Dios se expresa mediante el Destino y la Providencia, al igual que su presencia espacial se traduce en una interrelaci\u00f3n simp\u00e1tica entre todos los seres.<\/p>\n

Ante esta interpretaci\u00f3n del destino, el estoicismo reivindica un modelo vital y moral que busca el acuerdo con la naturaleza en dos etapas: en primer lugar, tendiendo a la indiferencia respecto a lo que nos da la causa exterior, que hay que aceptar sin desear que sea diferente; en segundo lugar, subordinando las acciones y las tendencias a la actividad de la naturaleza con nuestra voluntad, es decir, queriendo que las cosas sean como son. Para ello, su filosof\u00eda se divide en tres campos arm\u00f3nicos e interrelacionados:<\/p>\n

1. La f\u00edsica (o lo que concierne a la relaci\u00f3n del ser humano con la naturaleza): el campo de los deseos y las aversiones, aprender a desear lo que depende de nosotros y ser indiferentes a lo que no depende de nosotros. Rechazar todo intento por pretender que las cosas sean como a nosotros nos gustar\u00eda que fuesen. Comprender que todas las partes que conforman la naturaleza est\u00e1n interconectadas.<\/p>\n

2. La \u00e9tica (la relaci\u00f3n del ser humano con los dem\u00e1s): el campo de los impulsos o de la acci\u00f3n. Solo actuar en funci\u00f3n de lo que depende de nosotros o es bueno para el conjunto. Sentirse ciudadanos universales.<\/p>\n

3. La l\u00f3gica (la relaci\u00f3n del ser humano consigo mismo): el campo del asentimiento como la facultad de criticar y juzgar cada representaci\u00f3n para poder dar nuestro asentimiento conforme a un juicio verdadero u objetivo. Buscar la armonizaci\u00f3n interior con la armon\u00eda inherente a la naturaleza.<\/p>\n

Desde este prisma, la l\u00f3gica nos ense\u00f1a a descubrir los nexos causales; la f\u00edsica, a tomar conciencia de la armon\u00eda y simpat\u00eda del mundo; y la \u00e9tica, que la ataraxia o imperturbabilidad del \u00e1nimo nacen de un consentimiento del alma al curso de todas las cosas. Las tres tienen un \u00fanico fin, hacernos conocedores de la naturaleza divina como un todo simp\u00e1tico a s\u00ed mismo, organizado y libre con el cual tenemos que vivir en un acuerdo constante.<\/p>\n

El deber social en la filosof\u00eda estoica<\/h3>\n

El deber social est\u00e1, por lo tanto, \u00edntimamente vinculado con la naturaleza social del ser humano, porque \"Marcocada individuo est\u00e1 unido a los dem\u00e1s por medio de la inteligencia universal de la que todos participan, es decir, est\u00e1 conectado por arriba, primero por la ciudad de la humanidad y despu\u00e9s por la ciudad f\u00edsica a la que pertenece. Por ello, para los estoicos existe un tipo de solidaridad c\u00f3smica que une fraternalmente a todos los seres que participan del logos universal, y por eso existen unos deberes \u00e9ticos y sociales de los unos respecto de los otros y de todos respecto de la naturaleza de la que forman parte (el hombre es apenas una parte m\u00e1s del todo). En consecuencia, mediante el estudio de la f\u00edsica, el ser humano toma conciencia de su papel en el mundo.<\/p>\n

Sin embargo, este conocimiento epistemol\u00f3gico de la naturaleza conlleva, para el estoico, un proceso previo de ascesis y entrenamiento, pues solo el sabio sabe realizar este proceso de forma adecuada y llegar as\u00ed a una correcta comprensi\u00f3n del mundo. De esta suerte, distinguen tres grados posibles de conocimiento: el estado de ignorancia, el conocimiento b\u00e1sico de la muchedumbre (la opini\u00f3n y la creencia) y la ciencia propia de los sabios, los \u00fanicos capaces de hacer coincidir su propia raz\u00f3n con la raz\u00f3n universal. A mitad de camino entre la no sabidur\u00eda inconsciente del insensato y la sabidur\u00eda del sabio, se encuentra la no sabidur\u00eda consciente del fil\u00f3sofo.<\/p>\n

De hecho, el proceso epistemol\u00f3gico del estoicismo se apoya sobre este reconocimiento socr\u00e1tico de la propia ignorancia, a trav\u00e9s de un itinerario cognitivo que es, al mismo tiempo, empirista e idealista y que parte de la premisa de que el primer contacto con la realidad del sujeto viene siempre de la mano de sus sentidos (cuya informaci\u00f3n es siempre verdadera por cuanto transmiten y reproducen siempre algo real). En efecto, para los estoicos, la primera informaci\u00f3n que el ser humano recibe del mundo es por medio de una representaci\u00f3n (visum o fantas\u00eda), una impresi\u00f3n sensitiva que generalmente produce una reacci\u00f3n emotiva en el alma y ante la que el sujeto puede reaccionar aceptando sus efectos o rechaz\u00e1ndolos. De ah\u00ed que el estoico considere que las cosas tienen una naturaleza propia distinta a la que cada uno percibe, pues una vez que el sujeto recibe la impresi\u00f3n representativa, esta puede ser aprehendida de manera desapasionada (que es lo que hace el sabio) o puede dejarse arrobar por la impresi\u00f3n que de manera falseada se ha hecho de la misma.<\/p>\n

En cualquier caso, para el estoico, la impresi\u00f3n an\u00edmica que producen las representaciones es igual tanto en el sabio como en el ignorante, por lo que la diferencia estriba \u00fanicamente en el juicio que cada uno realiza en el momento del contacto. Por esta raz\u00f3n, una vez que el alma recibe im\u00e1genes que proceden de las sensaciones del cuerpo, se debe desarrollar un discurso interior comprensivo. En este discurso o juicio, el ser humano debe comprender que no son las cosas las que lo conmueven, sino la idea preconcebida que tiene de ellas, es decir, la representaci\u00f3n que se ha hecho de las mismas, y que de no realizar el juicio correctamente se ver\u00e1 arrastrado por las circunstancias sin poder determinar qu\u00e9 son ni de d\u00f3nde provienen.<\/p>\n

De este juicio surge, adem\u00e1s, un impulso de deseo o de rechazo, por lo que, dado que el ser humano se siente naturalmente inclinado hacia el bien y repelido por el mal, debe tratar de alcanzar una conclusi\u00f3n comprensiva que le permita determinar si lo que se le ha representado es verdaderamente bueno o malo. De ah\u00ed que, para los estoicos, la representaci\u00f3n sea como una impresi\u00f3n que el objeto o el acontecimiento produce en el alma y que es modificada en funci\u00f3n de la calidad y consistencia de esta \u00faltima. As\u00ed, en la medida en que el alma es fuerte e independiente, la modificaci\u00f3n que produce el afecto o la aversi\u00f3n es menor, por lo que la representaci\u00f3n es cada vez m\u00e1s acorde con la realidad.<\/p>\n

Dolor y deseo<\/h3>\n

En este sentido, el estoicismo diferencia cuatro g\u00e9neros de afecciones an\u00edmicas o pasiones en funci\u00f3n de su \u00e1mbito temporal de proyecci\u00f3n. En el presente, el dolor como contracci\u00f3n irracional del \u00e1nimo ante lo que se juzga como malo, y la concupiscencia como consecuencia de un apetito irracional descontrolado hacia lo que consideramos bueno. En el futuro, el temor a lo que es considerado como malo que a\u00fan no ha sucedido y el deseo respecto de lo que parece apetecible.<\/p>\n

Ante ello, el estoico debe tener siempre presente tres cosas: qu\u00e9 es el bien para \u00e9l, que su libertad depende de las opiniones y que tan solo existe el instante presente. Dentro de este marco existencial, determina una diferencia fundamental entre aquellas cosas que dependen de nosotros y aquellas que no dependen de nosotros y comprende que tan solo las primeras pertenecen al \u00e1mbito de la voluntad humana, siendo las dem\u00e1s indiferentes. De este modo, considera que no son los acontecimientos lo que causan perjuicios y dolor a los seres humanos, sino la forma en la que actuamos frente a ellos, por lo que admirar lo exterior tan solo puede arrastrarnos al miedo y al desconcierto propio del deseo desmedido. Estas vibraciones del alma tienen la capacidad de convertirnos en esclavos de las circunstancias y de aquellos que tienen poder sobre lo que tememos o deseamos. Por ello, el ideal de sabidur\u00eda del estoico es la ataraxia o imperturbabilidad del \u00e1nimo, un estado de equilibrio y serenidad interior al que solo se puede llegar prestando m\u00e1s atenci\u00f3n a lo que nos sucede internamente que a lo que acontece en el exterior.<\/p>\n

Cabe aclarar que, aunque para los estoicos todo est\u00e1 contenido en cuerpos o corp\u00fasculos de manera que todo est\u00e1 en todo, admiten la existencia de cuatro entidades incorp\u00f3reas, inteligibles, inactivas e impasibles: el expresable (el ser de las cosas), el vac\u00edo, el lugar y el tiempo. No obstante, cada una de ellas se expresa, a su vez, en un mismo cuerpo: el expresable, como el verdadero ser de las cosas que hay que alcanzar; el vac\u00edo, como la contraposici\u00f3n a lo finito m\u00e1s all\u00e1 de los l\u00edmites del mundo en lo infinito; el lugar, como el espacio ocupado por los cuerpos; y el tiempo, como la manifestaci\u00f3n t\u00e1cita del destino y la Providencia a trav\u00e9s del movimiento.<\/p>\n

El acceso a estos incorporales se lleva a cabo mediante un buen uso de las representaciones, para cuyo juicio y valoraci\u00f3n el ser humano debe siempre tener en cuenta que tan solo hay tres actos que dependen del alma y que, por lo tanto, son libres y no est\u00e1n sujetos a impedimentos, a saber, el deseo de adquirir lo que es bueno y la aversi\u00f3n sobre lo que se considera malo, el impulso para actuar y el poder realizar un juicio apropiado sobre el verdadero valor de las cosas. El resto de las cosas, como realmente no depende de uno, son tambi\u00e9n ajenas, inconsistentes, serviles y sujetas a impedimento. As\u00ed, por ejemplo, el cuerpo, las riquezas, las honras y los reconocimientos o el poder exterior son elementos todos ellos sobre los que no es posible ejercer un control absoluto.<\/p>\n

Ejercicios de virtud<\/h3>\n

Algunos ejercicios estoicos para alcanzar estos ideales de virtud y comportamiento son:<\/p>\n

1. No opinar, describir las cosas y los acontecimientos desapasionadamente, tal como son realmente y no como nos las representamos (las cosas no nos afectan por lo que son, sino por la opini\u00f3n que nos hacemos de ellas).<\/p>\n

2. Ser un atleta del acontecimiento, vivir la vida como una prueba.<\/p>\n

3. Disponer de un equipamiento sencillo de reglas a aplicar en caso de dificultad o duda.<\/p>\n

4. Escuchar y no intentar demostrar nada. Hablar solo de lo que se conoce.<\/p>\n

5. Leer y reflexionar por escrito. Examen al final del d\u00eda de lo ocurrido y de c\u00f3mo se ha reaccionado. Recordar todos los d\u00edas cu\u00e1l es el bien para nosotros.<\/p>\n

6. Gimnasia y abstinencia. Aprender a guardar silencio.<\/p>\n

7. Diferenciar lo que depende de nosotros y lo que no, mostrar indiferencia ante esto \u00faltimo.<\/p>\n

8. Esperar antes de reaccionar, examinar las representaciones.<\/p>\n

9. Praemeditatio malorum. Anteponerse a lo que nos preocupa y decidir c\u00f3mo queremos actuar.<\/p>\n

10. Observar y ponerse en el lugar de los dem\u00e1s, tratar de comprenderlos desapasionadamente.<\/p>\n

11. Ver el mal como un error de juicio.<\/p>\n

12. Acompa\u00f1arse de seres buenos y nobles.<\/p>\n

13. No asentir la cr\u00edtica ni el insulto, mostrar buen humor.<\/p>\n

14. No hablar de nosotros mismos, pensar en plural.<\/p>\n

15. No culpar a los dem\u00e1s, buscar nuestra propia responsabilidad.<\/p>\n

16. Resignarse ante los acontecimientos, pues m\u00e1s fuerte que la ley es la necesidad.<\/p>\n

17. Matar la ambici\u00f3n de lo exterior, buscar solo la libertad interior (ataraxia).<\/p>\n

18. No dejarse llevar por el miedo.<\/p>\n

19. Desconfiar de los elogios.<\/p>\n

20. Comprometernos y ser fieles a nuestra palabra.<\/p>\n

Como podemos ver, el estoicismo se presenta como una sana alternativa filos\u00f3fica para interpretar el mundo que, a trav\u00e9s de la libertad y la autarqu\u00eda interior, hace del ser humano un sujeto independiente, pero al mismo tiempo responsable de la sociedad de la que forma parte indisoluble. As\u00ed, con sus postulados y su hermen\u00e9utica, esta filosof\u00eda nos invita a tener una vivencia m\u00e1s plena de nosotros mismos, de los dem\u00e1s y de la naturaleza, liber\u00e1ndonos con ello de los miedos, las frustraciones y los complejos que se nos adhieren por una mala comprensi\u00f3n de la vida en comunidad y que nos hacen vivir en una especie de conflicto permanente de todos contra todos. De este modo, con su ideal del ciudadano del mundo y su arquetipo del sabio, el estoicismo derriba las viejas murallas del egocentrismo cultural y nos impulsa a elevar nuestra mirada m\u00e1s all\u00e1 de los desgastados baluartes de las diferencias raciales, religiosas o culturales. Una ascensi\u00f3n hasta la cima de nosotros mismos donde se intuye un origen com\u00fan para todos los caminos.<\/p>\n

Bibliograf\u00eda consultada y recomendada<\/p>\n

Br\u00e9hier, \u00c9.: La teor\u00eda de los incorporales en el estoicismo antiguo. Editorial Leviat\u00e1n. 2011.<\/p>\n

Crisipo de Solos: Testimonios y fragmentos. Editorial Gredos. Madrid, 2006.<\/p>\n

Zen\u00f3n et alii: Los estoicos antiguos. Editorial Gredos. Madrid, 1996.<\/p>\n

Elorduy, E.: El estoicismo. Tomos I y II. Editorial Gredos. Madrid, 1972.<\/p>\n

Gagin, F.: \u00bfUna \u00e9tica en tiempos de crisis?: ensayos sobre estoicismo. Universidad del Valle. Santiago de Cali, 2003.<\/p>\n

Hadot, P.: Ejercicios espirituales y filosof\u00eda antigua. Editorial Siruela. Madrid, 2006.<\/p>\n

Musonio Rufo: Disertaciones y fragmentos menores. Editorial Gredos. Madrid, 1995.<\/p>\n

Epicteto: Disertaciones por Arriano. Editorial Gredos. Madrid, 1993.<\/p>\n

Pigliucci, M.: C\u00f3mo ser un estoico. Editorial Ariel. Barcelona, 2018.<\/p>\n

Rist, J.M.: La filosof\u00eda estoica. Editorial Ariel. Barcelona, 2017.<\/p>\n

Para saber m\u00e1s:\u00a0https:\/\/www.revistaesfinge.com\/filosofia\/filosofos\/item\/1896-seneca-el-valor-del-tiempo<\/a><\/p>\n

No te pierdas:\u00a0https:\/\/centronaos.com\/event\/estoicismo-para-la-vida<\/a><\/p>\n

[\/fusion_text][\/fusion_builder_column][\/fusion_builder_row][\/fusion_builder_container]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

[fusion_builder_container hundred_percent=\u00bbno\u00bb equal_height_columns=\u00bbno\u00bb menu_anchor=\u00bb\u00bb hide_on_mobile=\u00bbsmall-visibility,medium-visibility,large-visibility\u00bb class=\u00bb\u00bb id=\u00bb\u00bb background_color=\u00bb\u00bb background_image=\u00bb\u00bb background_position=\u00bbcenter center\u00bb background_repeat=\u00bbno-repeat\u00bb fade=\u00bbno\u00bb background_parallax=\u00bbnone\u00bb parallax_speed=\u00bb0.3″ video_mp4=\u00bb\u00bb video_webm=\u00bb\u00bb video_ogv=\u00bb\u00bb video_url=\u00bb\u00bb video_aspect_ratio=\u00bb16:9″ video_loop=\u00bbyes\u00bb video_mute=\u00bbyes\u00bb overlay_color=\u00bb\u00bb video_preview_image=\u00bb\u00bb border_size=\u00bb\u00bb border_color=\u00bb\u00bb border_style=\u00bbsolid\u00bb padding_top=\u00bb\u00bb padding_bottom=\u00bb\u00bb padding_left=\u00bb\u00bb padding_right=\u00bb\u00bb][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=\u00bb1_1″ layout=\u00bb1_1″ background_position=\u00bbleft top\u00bb background_color=\u00bb\u00bb border_size=\u00bb\u00bb border_color=\u00bb\u00bb border_style=\u00bbsolid\u00bb border_position=\u00bball\u00bb spacing=\u00bbyes\u00bb background_image=\u00bb\u00bb background_repeat=\u00bbno-repeat\u00bb padding_top=\u00bb\u00bb padding_right=\u00bb\u00bb padding_bottom=\u00bb\u00bb padding_left=\u00bb\u00bb margin_top=\u00bb0px\u00bb margin_bottom=\u00bb0px\u00bb class=\u00bb\u00bb id=\u00bb\u00bb animation_type=\u00bb\u00bb animation_speed=\u00bb0.3″ animation_direction=\u00bbleft\u00bb hide_on_mobile=\u00bbsmall-visibility,medium-visibility,large-visibility\u00bb […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":2048,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[109],"tags":[63,66,40],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2047"}],"collection":[{"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=2047"}],"version-history":[{"count":2,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2047\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":2052,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/2047\/revisions\/2052"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/2048"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=2047"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=2047"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/centronaos.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=2047"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}